El Capital de Dios

El Capital de Dios

Las bases sobre las que se asentaban la ética y la moral occidentales han perecido al mismo tiempo que lo hacía Dios. Ya no es posible discernir la diferencia entre el bien y el mal y sin un futuro, un objetivo, más allá de la inevitabilidad de la muerte, el hombre occidental vaga por el tiempo sin otro fin que el de la búsqueda de la felicidad hallándose ésta hoy en díaen la autosatisfacción personal condicionada por las abstractas construcciones que las revoluciones burguesas, de tiempos pasados, nos han dejado.
El individualismo, que se ha instalado en el seno de toda la sociedad occidental, se ha convertido en la máxima y suprema expresión del ser humano, fuera de éste solo se concibe la caridad, quedando las interrelaciones entre los hombres como merasrelaciones de autosatisfacción individual, es decir, como un instrumento para alcanzar los objetivos propios de cada individuo.
La burguesía ha infectado al mundo con su capitalismo global, el cual, se propaga como una pandemia hacia todas las regiones del planeta. Nada puede escapar de su control ni se puede subsistir al margen de éste, pues no solo se han instalado en la economía como una simpleteoría, sino que ha penetrado en todos los ámbitos que atañan al hombre: en la filosofía, en la cultura, en la sociedad… Y no es el deleznable contenido de sus patéticas teorías lo realmente abominable, sino la fuerza con la que se imbrica allá donde llega, diluyendo en la nada todo lo preexistente y aniquilando cualquier alternativa, relegando al ostracismo, todo aquello que no se introduzca ensu halo misterioso.
Han construido y construyen un mundo por y para el capital en lugar de hacerlo por y para el hombre. Éste, ha sido defenestrado y su lugar ha sido usurpado por la figura abstracta del capital, el cual, se ha emancipado de cualquier control, y ahora rige la vida de los hombres sin atender a preceptos morales o éticos.
Queda así la vida del hombre occidental relegada a labúsqueda constante de capitales para satisfacer las banales necesidades, creadas artificialmente, por el sistema capitalista.
Así pues, todas las actividades humanas quedan auspiciadas por el capitalismo, pues sin éste, su existencia se antoja imposible. Todo nace y muere bajo su control, y los pocos brotes verdes que nacen ajenos a él, son rápidamente trasplantados o ignorados y vilipendiados por lamasa que baila al son de los intereses de los capitalistas, ¡como si éstos fueran los suyos propios!
Se ha instalado en la conciencia colectiva, que no existe alternativa, que el devenir de la humanidad ha de estar regido por las directrices que marca éste brutal sistema. El individualismo, que en los albores de nuestra aparición en la tierra, mataba al hombre que lo practicaba, es hoy aplaudidoy abrazado por la mayoría de las sociedades.
Los sistemas de producción se han alejado de las necesidades de los hombres, simplemente buscan el máximo beneficio. Se adaptan, como las cucarachas, a cualquier eventualidad que le surja y así, se introducen como un virus en cualquier cultura apoderándose de ella y llevándola hasta la muerte, dejando yelmos los campos donde antaño brotaba la vida.Las necesidades humanas son creadas artificialmente por aquellos que ostentan los medios de producción con el único fin de aumentar sus capitales sin atender las necesidades de la humanidad, sin moral, sin ética… Lo único que cuenta es crear la necesidad consumista de las aleladas masas que bailan al son de las corrientes y son empujadas hacia el abismo.
El egoísmo es la máxima representación deéste sistema, y ha dejado de ser un defecto para convertirse en la virtud más valiosa del sistema. El hombre egoísta, acaparador, insaciable, que no tiene más meta que la de acumular y producir más y más capitales, no sólo no es despreciado por la sociedad sino que es aplaudido y se ve beneficiado por un sistema construido a su imagen y semejanza. Así, los hoy llamados empresarios, no son más...