el carisma de la VC

III. EL CARISMA DE LA VIDA
CONSAGRADA EN GENERAL

Después de haber ofrecido el concepto de carisma a que ha llegado la teología actual, es
lógico que nos preguntemos por los elementos propios del carisma de la VC. Nuestro interés se
centra, pues, en el conocimiento del carisma de la VC. (Sobre este tema cf. J. GALOT, Il
carisma della vita consacrata, Milano 1969; Id., Il carisma della vitareligiosa e le sue note
specifiche. Riflessioni teologiche: Vita consacrata 15 (1979) 501-511; G. RIMBALDI, Il carisma
della vita religiosa: Vita consacrata 14 (1978) 149-157; AA.VV., Il carisma della vita religiosa
dono dello Spirito alla Chiesa per il mondo, Milán 1981).
A la hora de recoger y presentar orgánica y sintéticamente la reflexión sobre el carisma
de la VC, intentaremos mostrar,en primer lugar, la doctrina del Vaticano II sobre el mismo. No
se puede olvidar que este Concilio sitúa a la VC en la dimensión carismática de la Iglesia y que
aporta unas orientaciones fundamentales sobre el carisma que la suscita, aunque no utilice con
relación a ella la palabra carisma. Luego, aludiremos muy brevemente a los desarrollos de la
doctrina conciliar aportados por la reflexiónteológica y el Magisterio, para acabar con una breve
conclusión.
1. LA DOCTRINA DEL CONCILIO VATICANO II SOBRE EL CARISMA DE LA VC
En los documentos conciliares sobre la VC se pueden apreciar dos líneas con relación a la
manera de abordar el carisma de la VC: una se ocupa del carisma de la VC en general, sin una
referencia directa a su concreción en los diversos institutos; la otra, acentúa laacción del Espíritu
en los fundadores y la multiplicidad de carismas que están en el origen de las diversas formas
históricas de VC. Acentúa lo propio y característico de cada instituto. Estas dos visiones no
fueron unificadas de manera sistemática en el Concilio.
El Vaticano II ha hablado casi exclusivamente desde una perspectiva general y abstracta,
aunque se aprecien las dos líneas en sumagisterio. Fue consciente de que la VC real y existente
es la que se da en sus formas e instituciones concretas e históricas. La vida religiosa en abstracto
no existe. Sin embargo, consideró que era más oportuno en aquel momento hablar de la VC en
general para dirigirse a toda la VC, y así lo hizo preferentemente. En este módulo vamos a hablar
del carisma de la VC en general. En el siguientese hablará desde una perspectiva histórica.
El Vaticano II ha dejado constancia, ante todo, de cuál debe ser el planteamiento
metodológico para abordar la VC en general. No se puede especular. Hay que partir de la
pluriforme realidad histórica de la VC (cf LG 43; PC 1) e inducir de ella lo permanente y común,
o mejor, las constantes vitales de la VC. Pero, ojo: debemos evitar un fácil error enel afán por
buscar lo permanente de la VC para separarlo de lo variable o contingente... AHay, ciertamente,
que buscar lo permanente en el hecho de vida eclesial y evangélico que es la VR, pero teniendo
en cuenta que es permanente en ella el variar al ritmo y compás de la historia de la salvación.
Con ello lo permanente buscado no es lo inmutable ni lo invariable, sino lo vital evangélico,arrojado en el surco para una vital germinación, floración y fructificación. Nada más firme que lo
25

vital. Pero nada más alejado de fijaciones inmutadas e inmutables que la vida misma@ (L.
GUTIÉRREZ VEGA, CMF: Teología sistemática de la VR. Madrid, PCL, 1976, 151 ss.). Por esto el
Concilio para hablar en general o en abstracto de la VC ha sacado las constantes vitales.
Dado quehistóricamente la VC siempre es fruto de una acción de Dios y de una
respuesta de la persona humana, vamos a acercarnos al carisma de la VC en general,
presentándolo desde esas dos perspectivas constantes.
1.1. El carisma de la VC visto desde la acción de Dios
Desde esta perspectiva, el Concilio afirma que:











La VC siempre procede de una iniciativa divina. Tiene su origen...