El carro
ARSENIAMELLOMORÓNNURR-ULA
Desde el esplendor entrañable de lo oscuro, caliginosa luz, forcejeo y hallazgo de poética sabiduría, Elías David Curiel, una de las voces fundamentales de la poesía venezolana de principios de siglo, sustenta el alma y las formas de su espesor poético en las redes imaginarias y en las indagacionesontológicas de una dilatada tradición literaria que, a lo largo de los tiempos, establece y descubre los vasos comunicantes entre los vislumbres del hermetismo filosófico y las expresiones poéticas más altas o de mayor hondura que edifican la palabra creadora como corporeidad y travesía, como viaje y materialidad verbal de las revelaciones del descenso hacia la memoria íntima y colectiva, histórica einconsciente, arquetipal y simbólica en un esfuerzo del intelecto sensible por religar los opuestos, propiciando la armonización de la carnalidad y lo sublime, de la lucidez y la locura en el claroscuro rítmico y visual del universo poético.
Tal compromiso de lo imaginario con los poderes reveladores de la luz interior supone la ascendencia de una visión órfica de la belleza, cuyo advenimiento estasignado por el descenso a los lugares subterráneos, proscritos y enigmáticos de lo invisible. El sujeto de la poesía, desde esta perspectiva, deviene entidad andrógina en la cual se unifican las presencias arquetipales, representadas por Apolos y Dionisos, figuras equivalentes a la dualidad del caos y del cosmos o de las fuerzas unitivas y disolventes, eros y thanatos de una simbólica queinstaura un escenario de confrontación como modelo de toda lucha, de todo antagonismo. La
Arsenia Mello Morón constitución de la sujetividad lírica pasa por el trance de gestar su ser en una aventura vital y enunciativa, en que nombrar el verso es nombrarse como existencia comprometida en el ciframiento de los vocablos. El poeta en este periplo indagatorio se construye a sí mismo, fatalmente, en elcuerpo de la poesía. Recobrar el paraíso; perdido en la infancia arcádica, imaginaria o deseada de la especie, pasa por atravesar las tenebrosas hogueras del infierno, metáfora de lo desconocido y del riesgo extremo, como internarse unánime en la mar tempestuosa de que Fray Luís huía o en el corazón asfixiante del tedio que postraba en la melancolía al poeta Elías David Curiel, amenazado siemprepor la trivialidad de la vida monótona de una ciudad provinciana que lo aloja mezquina y lo aprisiona:
Cuando es mi pecho del fastidio cuna e intento respirar en una canción de hielo misteriosa calma; si la intención no haya en el estro cuna, mi nativa ciudad parece una bóveda ardiente en que se asfixia mi alma’
Así, la ciudad, bóveda ardiente, infernal escena es la expresión tangible dela caída y la prisión del alma en los límites de lo convencional, utilitario o vano. Recuperar la primordial visión de la dicha, el reino de los niños o la ciudad solar, se hace posible en la comarca de lo imaginario y en los supremos estados del espíritu, espacios a los que el poeta resucita como lugares de sanación y de plácida vida, en versos que evocan las narraciones infantiles de lomaravilloso y la alusión a la presencia fantástica de lo siniestro. Aproximación de lo apacible y de lo amenazante en una concatenación de códigos, géneros y atmósferas que por excluirse se involucran mutuamente:
Los cuentos han sido mi susto y mi gozo, "o buen pajarito charlador, ¿Qué pasa? que desde la aurora gorgea en casa",
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Elías David Curiel: Apéndice Lírica Obras Completas. Gráficas Herpa.Caracas. 1974.
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__________La cifra de la nocturnidad en la poesía de Elías David Curiel pregunta mi madre; y el mirlo contesta, en un gorgorito le da la respuesta. El pájaro parla como un dios menino en la media lengua musical del trino, y el buche, en que porta nostálgica nueva, memorias queridas nos trae y se lleva.
Y el muerto sin testa que sale a las doce, con que sobresalta,...
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