El caso dora
Lacan nos dice que a Freud "no le ha sido difícil pasar la prueba que permitió apartar del espíritu de su paciente toda imputación decomplacencia para con la mentira social". Freud escucha a Dora y le cree, no cuestiona su decir. No se ubica como un semejante ni como un juez, da lugar a su queja dando paso a lo que Dora quiere afirmar. Deja que ella despliegue su verdad, al hacerlo, la hace emerger como sujeto en relación con el Otro cuyo lugar él ocupa, y crea las condiciones para su intervención posterior. Todo esto hizo posible latrasferencia positiva de Dora, trasferencia que es motor del análisis, aquella que se atiene a la palabra del analizante, que hace avanzar la palabra del analizante respetando los términos propios en que habla; la hace avanzar en el campo de la verdad, condición necesaria para conducir el tratamiento.
Sin embargo, el problema fundamental que plantea el caso de Dora, es la transferencia negativa, quellevó a la interrupción del análisis. Freud, a posteriori, se pregunta qué pasó y contesta que él no había adivinado a tiempo la transferencia negativa de Dora. Es esto lo que, en una nota al pie de 1923 dirá: “Cuánto más tiempo me separa del término de este análisis, más me voy convenciendo de que mi error técnico consistió en la omisión siguiente: Omití adivinar a tiempo, comunicándoselo a lasujeto que su impulso amoroso homosexual hacia la mujer de K era la más poderosa de las corrientes inconscientes de su vida anímica”.
Esto va a ser ampliamente desarrollado por J. Lacan en su texto “Intervención sobre la transferencia”, de 1951 donde plantea cual es el valor real del objeto que es la Sra. K para Dora: “...no un individuo sino un misterio, el misterio de su propia feminidadcorporal....Para acceder a este reconocimiento de su femineidad, le haría falta realizar esta asunción de su propio cuerpo, a falta de lo cual, queda abierta a la fragmentación funcional que constituye los síntomas de conversión.” Freud insistía con que Dora estaba enamorada del señor K, el marido de la señora K. Dora decía todo el tiempo que no y Freud lo interpretaba como resistencia. Pero, dice Lacan,la relación que tenia Dora con el señor K; no se trataba de amor. El eje imaginario entre el yo y el pequeño otro, en este caso el yo de Dora y el del señor K, hace de obstáculo al otro vector, que viene del gran Otro y trae el mensaje de cuál es la cuestión verdadera que está en juego, que en el caso de Dora era la famosa pregunta: “¿Qué es una mujer?” Si Freud hubiera podido hacer escuchar estaverdad, habría llegado a mejores términos con su paciente.
A lo largo de la obra de Lacan se encuentran diferentes momentos en los que se articula la oposición entre histeria y femeneidad, en el Seminario 3 dice: "Volverse mujer y preguntarse qué es una mujer son dos cosas esencialmente diferentes. Diría aún más, se pregunta porque no se llega a serlo". En el Seminario 4 Lacan analiza lasituación de Dora en relación a su padre, al Sr. K y a la Sra. K, dice que “ella sigue muy vinculada con este padre de quien no recibe simbólicamente el don viril”.
La carencia fálica del padre atraviesa toda la observación como una nota fundamental, constitutiva de la posición. Dora ama a su padre por lo que él no le da. Esto hace que Dora se pregunte qué ama su padre en la señora K, es decir, la...
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