El Cataclismo Capitalista
El cataclismo capitalista y las posibilidades de combatirlo
Este editorial enlaza con los párrafos finales (añadidos a última hora) del correspondiente al número 25 en los que Laberinto señalaba –haciéndose eco de las palabras de algunos de los magnates del capitalismo (Lipsky del FMI, Soros, Klaus Schewab, anfitrión de Davos, etc.)– la debacle económica que se avecinaba. Desdehace dos años una serie de augurios venían avisando, en medio de la indiferencia del frenesí bursátil, de la crisis a la que el sistema se dirigía, siendo tal vez la primera de esas voces la del profesor de Universidad de Nueva York, Nouriel Roubini, a las que hay que sumar las de John Bellamy Foster desde las páginas de Monthly Rewiew, Krátke, José Manuel Naredo, Walden Bello, Stiglitz, y otros enla revista SP, etc. ¿No resuenan fácilmente las palabras de Marx en El Capital?
El sistema de crédito, cuyo eje son los supuestos bancos nacionales y los grandes prestamistas de dinero y usureros que pululan en torno a ellos, constituye una enorme centralización y confiere a esa clase parasitaria un poder fabuloso que le permite, no sólo diezmar periódicamente a los capitalistas industriales,sino inmiscuirse del modo más peligroso en las verdadera producción, de la que esta banda no sabe absolutamente nada y con la que no tiene nada que ver. (FCE, vol. III, pág. 511)
3
La crisis económica actual va a ser la más espectacular de todas… hasta la próxima si la hubiera. Ya lo está siendo. Es un buen momento para la venta de ideas en periódicos, radios, televisiones, internet ycualquier medio que la burguesía pueda usar para ello. A pesar de las apariencias tienen muy poco que llevarnos a la boca. La solución a la crisis se presenta como una inversión del término principal en la relación dialéctica economía/política, librecambio/proteccionismo, libre mercado/ intervencionismo, oferta monetaria/demanda efectiva, liberalismo/social–lo–que–sea, ¿derecha/izquierda? Sin embargo,lo fundamental es que la relación dialéctica se mantiene intacta. Asistiremos a numerosas tertulias en las que advertiremos, sin demasiada dificultad, cómo cambia la actitud de los profesionales de la opinión. Si los cabizbajos y enfurruñados eran antes los intervencionistas, ahora veremos sumisos, con algún acceso de ira, a los liberales. Una imagen más clara de lo que se pretende exponer laobtendremos mirando al lugar donde se condensan las contradicciones en el marco de la lucha de clases: el Estado. Los presidentes de las principales potencias imperialistas hablan sin tapujos de algo que hace tan sólo unos meses era impensable. Sarkozy, Merkel o Soares, por citar algunos, afirman que es necesario regular el mercado financiero internacional; Bush nacionaliza temporalmente un sector dela banca americana y Rajoy encuentra como única forma de oponerse a Zapatero… ¡la exigencia de transparencia! Más allá de su sentido del humor, lo que queda claro es que nuestros políticos tienen muy pocos principios, pero flexibles. ¡Be water, my friend! Pero esto no es casualidad. El péndulo estatalismo/libre mercado responde al reflejo de la coyuntura económica en el nivel ideológico y es asídesde los albores del capitalismo. Ha cambiado de denominación y ha sufrido variaciones que el devenir histórico hace inevitables, pero podemos encontrar numerosos elementos comunes entre la polémica actual keynesianismo/monetarismo y la precedente proteccionismo/librecambio. Lo que no está demostrado es que exista una correlación entre la intensidad de la interven-
laberinto nos 26-27 / 1ery 2o cuatrimestre de 2008
ción del estado en la economía y el momento de expansión o contracción de ésta. Es decir, lo que cambia es el contenido de la intervención del estado en la economía según el momento del ciclo, pero no el hecho de la intervención, que se puede interpretar como extraeconómica tan sólo si no se atiende al subtítulo de El Capital: «Crítica de la Economía Política». Esta...
Regístrate para leer el documento completo.