El cazador

Se aproximaba otra noche perfecta para el Sr.Valdemart; entro a ese restaurante 24/7 con el objetivo bien en claro, de nuevo lo haría, volvería a darse ese excitante placer, volvería a dormirsatisfecho, como lo había estado haciendo hace ya varios días.
Abrió la silla para sentarse y comenzó a analizar a cada una de las personas mesa a mesa
La gente charlando, cada quien en su mundo, loscocineros y trabajadores del lugar no tenían prisa por nada, después de todo, es poca la clientela ya tan tarde, el detective preguntando por los hechos ocurridos en las zonas aledañas, el frio sonidodel silencio, la baja luz del lugar y el tenue olor a café de media noche, el cual despertaba en el el deseo
De repente su vista se perdió en la perfección de esos redondos pechos que se posaronante él, apenas cubiertos por una camisa negra con un atrevido escote, el cual dejaba ver el encaje rosa del brasear y asomaba un pequeño detalle de ese círculo que enmarca al pezón
-Que le ofrezcoseñor?- se dejo oír por la acariciante voz de esa muy hermosa joven
La grave voz del Sr.Valdemart, llena de hombría y virilidad contrastaba enormemente con la de ella:

-Solo quiero un café para mí,ya que cenare en casa,
y otro para mi linda acompañante
-Quien es ella? Si pudiera saber –Pregunto la chica al verlo solo-
-Por esta noche será usted, si no es molestia
-Parece tener suerte,pues mi turno termina ya, y usted es muy apuesto como para decirle que NO; Permítame un momento.
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-Que puedo hacer por usted? Le dijo la chica mientras ponía las dos tazas de café en lamesa
Con el ceño recto y su mirada clavada en la de ella el Sr.Valdemart hablo sin pudor:
-Háblame de tu. Veo en tu mirada –continuó- la tristeza y la soledad, y la falta que te hace una pareja, veoque llevas tiempo sin sentir la intensidad y satisfacción del sexo casual, asi que permitirme, por esta noche, hacerte mía.
Un silencio nublo la mesa…
-Te crees muy listo?
-Me parece que si,...