El cerebro

El cerebro es un tirano caprichoso, niño malvado que exige la atención absoluta a su placer, prodigador de compulsiones y estrés cuando se le intenta controlar. Demonio que acecha toda fe liberadora;el “YO” clasificado por los que estructuran, en hipótesis y teorías, la conducta con el propósito de nombrarlo, quitarle velos, y reducirlo a una neurosis equilibrada con ritos y químicos. Su juegofavorito es el poder y su rostro el ego. Todos los espejos le reafirman su lado exacto, si el azar de la vida le dio rancio abolengo apuesta por aprovechar su afortunada circunstancia sobre losmenospreciados del-“pretexto para fracasados”, diría Cioran, el Destino. La simbiosis genética también pone su parte, un mundo gobernado por las apariencias allana las oportunidades de aquellos agraciadospor los estándares de la estética. Una mentira funciona con eficiencia en una “cara bonita”, se le perdona todo por una sonrisa. “Más vale, y se vende mejor, alguien bello aunque este descerebrado”.  Elcerebro es un egoísta dispuesto a perderlo todo con tal de mantener su estatus. Su única regla es su satisfacción y su mayor divertimento es esclavizarnos. Eterno conspirante de si mismo sedisecciona, acude a sus diversas capacidades para elaborar estrategias útiles para permanecer intacto y prevalecer dominante en la eterna “escaramuza”  de sus rivales que acepta como iguales por la convenientediplomacia de lo correcto. Nada excita más, ni vanagloria, a esta masa encefálica que conocer la naturaleza humana. Marca sus límites, se ubica en condiciones preferentemente favorables para noincomodar a los de rango superior, y avanza seguro sobre las asiduas victimas de la cotidianidad. Esos que solo viven, se reproducen y mueren sin la mediación, muchas veces obstinante o trágica, de lafilosofía. De los fuertes y los débiles se sirve, y es uno o lo otro según sus intereses. Domina o se doblega según sus perversiones. Vasallo y señor rinde tributo a la hipocresía.

Un cerebro esta...