El cielo de los leones
EL CIELO DE LOS LEONES
ÁNGELES MASTRETTA
–3–
Seix Barral
Colección: Biblioteca Breve
Portada: Pierrot se va de farra (1926)
de Ernesto "El Chango" García Cabral
1ª. Edición: Noviembre, 2003
Impreso y hecho en México
–4–
Para Verónica, mi hermana: testimonio del fuego
–5–
–6–
CONTENIDO
1. NO OIGO CANTAR A LAS RANAS
2. EL ABUELO DEL SIGLO
3. LA CASA DE MANÉ
4. NO TEMAS ALINSTANTE
5. ENTRE LO INVEROSÍMIL Y CATEDRAL
6. SI SOBREVIVES, CANTA
7. VALIENTES Y DESAFORADAS
8. LO CÁLIDO
9. LA PLAZA MAYOR
10. ESCENAS DE LA ALBORADA
11. LAS MIL MARAVILLAS
12.DOS ALEGRÍAS PARA EL CAMINO
13. INVOCANDO A LA SEÑO PILAR
14.UNA VOZ HASTA SIEMPRE
15.RÉQUIEM POR UNAS MARGARITAS
16.DIVAGACIONES PARA JULIO
17.NADA COMO LAS VACACIONES
18. PLANES PARA REGRESAR AL MUNDO
19.JUGAR A MARES
20. FUERA DE LUGAR
21.SI YO FUERA RICA
22. ¿QUIÉN SUEÑA?
–7–
23. EL CIELO DE LOS LEONES
24. LA LEY DEL DESENCANTO
25.UNA PASIÓN ASOMBRADA
26.NUEVA YORK CON LUCIÉRNAGAS
27. FIEL, PERO IMPORTUNA
28. LA INTIMIDAD EXPUESTA
29.DON LINO EL PREVISOR
30. TERCAS BATALLAS
31.VOLANDO: COMO LAS BALLENAS
32.CELESTES RESPLANDORES
33. PARÁBOLA PARA UN CUMPLEAÑOS
34.CANTO PARA LA VEJEZ35.DELIRIOS Y VENTURA DE LOS DESVENTURADOS
36. TERRITORIO MÍTICO
37. IGUAL QUE UN COLIBRÍ
38. PASIÓN POR EL TIEMPO
–8–
NO OIGO CANTAR A LAS RANAS
Hace tiempo que no oigo cantar a las ranas. El volcán enciende su fuego
diario y no puedo mirarlo. El mundo que no atestiguo está vivo sin mí, para
pesar mío. Mientras el campo revive en otras partes, yo amanezco en una
ciudad hostil ypeligrosa, desafiante y sin embargo entrañable.
Elegí vivir aquí, en el ombligo de mi país, en esta tierra sucia que acoge la
nobleza y los sueños de seres extraordinarios. Aquí nacieron mis hijos, aquí
sueña su padre, aquí he encontrado amores y me cobijan amigos
imprescindibles. Aquí he inventado las historias de las que vivo, he
reinventado la ciudad en que nací y ahora empiezo a temer la vejez nopor lo
que entraña de predecible decrepitud, sino por la amenaza que acarrea.
Aquí, este año, voy a cumplir cincuenta y siento a veces que la vida se
angosta mientras dentro de mí crece a diario la ambición de vivir cien años
para ver cómo sueñan los hombres en la mitad del siglo veintiuno, cómo
lamentan o celebran su destino y cómo, de cualquier modo, se empeñan en
trastocarlo. A mí megusta el mundo, por eso quiero estarme en él cuanto
tiempo sea posible, porque creo, como tantos, que sólo la vida existe, lo
demás lo inventamos.
Para inventar, como para el amor y los desfalcos, es necesario estar vivos.
Sabemos esto tan bien como sabemos de la muerte. La muerte que es sólo
asunto de los vivos, delirio de los vivos.
Yo temo perder los mares y la piel de los otros, temo que undía no estaré
para maldecir el aire turbio de las mañanas en la ciudad de México, temo por
la luz que no veré en los ojos de mis nietos, temo olvidar los chocolates y los
atardeceres, temo que no estaré para el temible día en que desaparezcan los
libros, temo que no sabré de qué color es Marte, ni si lloverá en abril del dos
mil sesenta. Por eso quiero cada minuto de mi vida y cada instantede las
vidas ajenas que pesan en la mía.
Aún extraño a mi padre, a veces me pregunto qué será de él, aunque sé
que una parte de la respuesta es mía, porque cada memoria es responsable
del buen vivir de sus muertos. Extraño también a mis otros amores que se
han ido, me pregunto si alguna vez conseguiré que alguien invoque mi
presencia y me reviva, como yo los revivo a ellos, cualquier tardeen que el
polvo que fui alborote su imaginación.
–9–
¿A qué viene todo esto? Dirán ustedes que ya tienen de sobra con el
desacuerdo de los políticos, con las alzas y los malos augurios, como para
que yo, que otra veces me propongo escribir en busca de un aire mejor, dé
en usar este libro para exhibir un miedo tan poco original como el que
sentimos por la muerte. Puede que tengan razón al...
Regístrate para leer el documento completo.