El Cielo

La esperanza cristiana tiene la pretensión de ofrecerse a todos, a vivos y muertos. Dios es el alfa y la omega, el principio y el fin. Unen el pasado y el futuro. Los relatos de la creación, por mucho que nos hablen de los “orígenes”, tienen un sabor “futurista” nos informan la meta hacia la que nos encaminamos. No se nos dice cómo se hizo el cielo, sino cómo debemos llegar a él.
La escatologíaes una combinación de dos palabras griegas: esjatos (último) y logos (palabra o discurso), es decir, último discurso (o última palabra).
Los acontecimientos con los que nos encaramos a partir de nuestra muerte. Estos acontecimientos últimos serían: la muerte, el juicio (particular y universal), el purgatorio, el cielo o el infierno. La escatología sería el tratado de las “ultimidades y seconvierte, a efectos prácticos, en una especie de “ciencia ficción” que nada tiene que ver con la realidad que vive el creyente.
El contenido de nuestra esperanza sólo puede ser la salvación, el Dios de nuestra salvación.
A la escatología sólo le interesa la salvación. Sólo podemos esperar cosas buenas: las malas no las esperamos. Los místicos son capaces de decir aquello de: «no me mueve, mi Dios,para quererte, el cielo que me tienes prometido, ni me mueve el infierno tan temido para dejar por eso de ofenderte…».
La escatología es antropología, considerada desde el punto de vista de su plenitud. La escatología es como una especie de “cristología aplicada”. Presenta a nuestra consideración la meta del actuar creador de Dios en el caso del hombre:
La Biblia es el alimento de nuestra fe y elcriterio que discierne sobre la autenticidad de ésta.
El pueblo de Israel sostenido por su esperanza, Israel va pasando de no-pueblo a pueblo, pueblo de Dios, heredad y posesión Suya. Del mismo Dios le viene, pues, al pueblo de Israel el dinamismo de su esperanza. El mismo Dios acaba siendo la meta de esta esperanza.
El documento sacerdotal añade a todo esto un elemento de gran importancia: lapertenencia mutua Dios-pueblo: «Yo seré tu Dios y vosotros seréis mi pueblo».
El “sábado escatológico”, el “séptimo día” en el que Dios culmina su obra creadora y el hombre, su criatura, es llamado a participar del descanso de Dios, contemplando extasiado, juntamente con Él, el Autor de ella, la belleza de la obra creadora. Dios premia a los buenos y castiga a los malos. Quien cumple con la leyde Dios será feliz en esta vida y en esta tierra. Quien no, será infeliz, en esta vida y en esta tierra
El Reino de Dios es una categoría dinámica. Se puede hablar de él contando lo que pasa cuando nos dejamos llevar por su dinámica:
El tema del Reino de Dios pervive en los milenarismos y, ulteriormente, asumido y secularizado, en el pensamiento utópico. Los milenarismos no han dejado de tenersus riesgos y exageraciones. Con todo, una cierta “dosis de milenarismo” no deja de ser irrenunciable por ello en la fe cristiana.
La muerte se ha convertido en un incómodo recordatorio de nuestra contingencia y limitación. Nos hacemos la ilusión de vengarnos” de ella, expulsándola de nuestra vida (personal y pública), y la “castigamos” dejándola sin palabra y haciendo de ella un tabú.
Mientrasvivimos, todas nuestras decisiones libres están sujetas a una permanente “revocabilidad”. Sólo la muerte nos permite vislumbrar la posibilidad de la existencia de aquel acto de libertad que hace posible nuestra consumación personal.
La muerte vivida como escándalo se transfigura en la muerte vivida como acto de entrega y abandono confiado en las manos amorosas del Padre.
«El que viene» implicala irrupción de alguien que irrumpe desde fuera, como novedad inesperada. La realidad humana de Jesús de Nazaret despertaría adhesiones y rechazos y no nos ahorraría la necesidad de un acto de fe para captar todo el alcance de la misión y de la persona de Jesús.
El juicio, bíblicamente entendido, es el acto salvífico de Dios. El juicio atañería a vivos y muertos, pues algunos todavía vivirían...