El Cient{Ifico

Cuento Primero
El Científico
I
Salí por la puerta trasera del laboratorio, y aún en este instante sigue atormentándome aquella extraña sensación que en sobremanera me abordó ayer noche.
No lo puedo entender, si entre colegas e intelectuales refutamos tu existencia sin derecho a objeciones. Siempre creí que fuiste la excusa para manipular a las masas, ese opio malevo y en gran maneracontradicho.
Ayer debió haber sido ese gran día, glorioso para nosotros y para todos. Aquel día donde erradicaríamos de una vez por todas, los mitos que giran a favor de tu nombre; pero, no fue así.
Los elogios, los aplausos, las luces, las cámaras, el ego …. el orgullo.
Todo se desvaneció.
- Amigo, que sucede – dijo mi colega – cambia esa cara, no te das cuenta que es nuestra noche, ahora ve ysonríe.
- Tienes razón es nuestra gran noche – decidí no objetar lo que acababa de decir.
- Permítanme felicitarlos caballeros – intervino la máxima autoridad y patrocinador nuestro – ustedes, han marcado un hito en la historia de la humanidad
- Muchísimas gracias, pero esto es solo un pequeño paso
- Vamos hombre, deje atrás esa falsa modestia, de hoy en adelante serán considerados…
-¡dioses!-interrumpió mi colega
- Aunque sea de carne y hueso –Comento alguien
- Reales y palpables, no como aquello que es producto de la imaginación de los débiles y temerosos – Replique en forma efusiva
No sé porque lo dije, tal vez sentí ira, y de repente me invadió la soledad, no como la del laboratorio, es inútil describirla, juraría que alguien arranco un pedazo de mi, que ni siquiera supe existíahasta ese momento.
- Excúsenme, yo…
- Lo sabemos, la emoción
Recuerdo dar media vuelta e ir a buscar a mi esposa. La encontré charlando de lo más a gusto, la tome de la mano, y solo le manifesté que debíamos irnos.
Creo que estuvo protestando y reclamando durante todo el camino a casa, hice caso omiso a lo que decía. Al llegar a casa, corrió enfadada hacia su habitación y azotó la puerta, yo encambio me quedé en el estudio tratando de sofocar los pensamientos y sentimientos encontrados con un poco de literatura de mis maestros Dawkins, Bunge, Sagan, Nietzsche quienes me servían como aspirina para callar esas voces que creía oír desde niño y que a mamá le gustaba invocar, pero todo fue inútil, así que, decidí ir al lugar donde sabia encontraría algún tipo de respuesta.
II
Sabía deantemano que mi esposa guardaba una copia de aquel libro en el velador del cuarto, ya que a ella le gustaba ese tipo de cosas, aunque no hablaba del tema conmigo porque, sabía cuál sería mi reacción. Subí a la habitación y abrí cuidadosamente la puerta, por suerte no había puesto seguro en la puerta, entonces, sigilosamente me encamine al velador, abrí el segundo cajón y lo tome. Baje nuevamente alestudio y me acomodé en el escritorio.
Al abrir aquel libro un poco arrugado, me llamó la atención que habían varios pasajes subrayados y algunas notas pegadas en letra manuscrita, así que los empecé a leer, seguramente debían haber llamado la atención de mi esposa, que a pesar de su posición era una mujer culta y refinada.
Por primera vez en mi vida, toda esa literatura se transfiguró,empezando una blitzkrieg en mis convicciones, impidiendo una ofensiva coherente. De repente, cayó una nota, que al leer su encabezado tenía como título “petición de oración” que resumía el anhelo de mi esposa de tener fe en ti. Luego de ese balde de agua fría, quede en un lapsus, arrugando más las hojas de aquel libro y rendido ante la agitada jornada.
Sería como las 7 de la mañana cuando sonó elteléfono, y, súbitamente desperté con una terrible jaqueca y ardor en los ojos. Alcance el estúpido aparato y note una voz agitada que en resumidas cuentas deseaba verme en el laboratorio lo más antes posible. Subí al baño, moje mi rostro y tomé las llaves del auto.
Durante el trayecto hacia el laboratorio, llegue a un semáforo en rojo, donde pude ver una escena que en otros tiempos me hubiera...