El Club de los Incomprendidos

Páginas: 406 (101473 palabras) Publicado: 9 de octubre de 2014
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¿Puedo soñar contigo?
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PRÓLOGO

Se sobresalta y echa un vistazo a su alrededor. Las cortinas se mecen adelante y atrás
impulsadas por una suave brisa que entra por la ventana. Todo parece tranquilo en la
habitación. Allí no hay nadie más.
Entonces, ¿sólo ha sido un sueño?
Se frota los ojos con fuerza y, a media luz, comprueba que realmente se encuentra asolas. Sí, no hay duda. El dormitorio está vacío.
Un sueño, un estúpido sueño… Era tan real. Tan auténtico. ¿Por qué sueña con cosas
inalcanzables? Su subconsciente le ha vuelto a jugar una mala pasada. Una más para la
colección. Al menos esta vez la escena era dulce, amable. Pero saber que jamás se hará
realidad le altera.
- ¡Hip! -suelta, en voz alta-. ¡Hip! Maldito hi… ¡Hip!
Le ocurre confrecuencia. Cada vez más a menudo. Los nervios, le ha dicho el doctor.
Vive con demasiada tensión. Y es que siempre que hay algo que no puede controlar o le
sobrepasa, le entra un incesante hipo.
- Tienes que relajarte.
- ¿Sabe? No es tan fácil.
- Claro que no lo es. Pero para eso estoy yo aquí, para enseñarte. Cierra los ojos.
Sin oponerse, obedece al señor que tiene delante. Oscuridad.
- ¿Yahora?
- Ahora, imagina que estás en una playa… Relájate… Poco a poco te vas a ir encontrando
mejor. En calma. ¿Ya ves la playa?

- No.
- Concéntrate. Imagina una bonita playa desierta. No hay nadie en ella. Sólo estás tú. La
arena suave roza tus pies descalzos… El mar… Las olas muriendo en la orilla… ¿Escuchas
las olas?
- No. Sólo a usted.
- Está bien. Sigamos… No abras los ojos. Debesoír y ver las olas del mar…
- No hay ningún mar, ni tampoco olas. Nada de nada. Sólo veo negro.
- Claro. Porque tienes los ojos cerrados y no te estás concentrando. Debes relajarte e
imaginar que estás en la playa.
- Es que no me gusta la playa.
El doctor resopla, algo desesperado. Sin embargo, su labor es seguir insistiendo. Le pide
una vez más que continúe con los ojos cerrados y sedirige hacia la mesa donde está el
ordenador. Abre la carpeta en la que guarda la discografía completa de Café del Mar. Elige al
azar uno de sus temas y pulsa el Play.
- ¿Escuchas? -le pregunta, susurrando-. Esta música es para que te relajes.
- ¿No tiene algo más movidito? Me duermo.
- Eso es que te estás relajando.
- Qué sueño.
- No te duermas. Aún nos queda media hora de sesión. Olvidémonosdel mar y la playa.
Ahora imagina que estás en un lago. Las montañas alrededor. El cielo azul. Todo está muy
tranquilo. No hay ni un solo ruido. Sólo la música que…
- ¿Hay pájaros?
- ¿Quieres que haya?
- Sí. Me gustaría.
- Muy bien. ¿Qué pájaros quieres visualizar?
- Mmm… ¿Pueden ser buitres?
- No. No hay buitres en el lago.
- ¿Y cuervos? Me gusta oír graznar a los cuervos. ¿Sabe? En missueños a veces
aparecen cuervos.
El doctor se pasa una mano por su pelo rizado y se muerde el labio para no perder la
calma. Segundos después responde pausado, con una sonrisa.
- No hay cuervos.
- ¿Tampoco? Vaya mierda de lago -sentencia, y abre los ojos de nuevo-. ¡Hip!
- Debes relajarte. Cierra los ojos.
- No sirve de nada que cie… ¡Hip!
- Tienes hipo. Eso es por los nervios… ¿En quéestás pensando ahora mismo?
- En él.
- ¿En ese chico del que no me quieres decir el nombre?
- Sí.
- ¿Por qué no quieres hablarme de él?
No va a contarle que es porque él también lo conoce. Simplemente, le responde «porque
no». Se niega a decirle más sobre el tema. Cierra los ojos otra vez y se acomoda en aquel
sillón en el que ya acumula varias sesiones.
- ¡Hip!… Doctor, ¿y si seguimos...
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