El Colegio De Jesuítas De Belmonte

DESDE BELMONTE HASTA LAS FUENTES DEL NILO. ¿QUIÉN ERA PEDRO PÁEZ?

Buenas tardes. En primer lugar, querría agradecer a la concejala de cultura, Cristina Almodóvar, y al Ayuntamiento de Belmonte esta oportunidad de hablar hoy de los jesuitas en la iglesia de los jesuitas. Y también a Esther Rada, que me ayudó a dibujar los perdidos edificios del siglo XVII sobre el plano de Belmonte.Quisiera dedicar estas páginas sobre la historia de Belmonte a Don Luis Andujar. Su obra es, hoy en día, el estudio de conjunto más completo realizado sobre el patrimonio histórico y artístico de nuestro pueblo, escrito sin duda desde el cariño, pero también desde el rigor y la calidad investigadora. La obra de Don Luis es punto de referencia obligado al asomarse a la historia de esta villa.Y por tanto, ha sido también punto de referencia para esta aproximación a Pedro Páez y a Belmonte. Sea ésta una pequeña muestra de agradecimiento y de respeto.

El año pasado, el escritor Javier Reverte publicó un libro titulado “Dios, el Diablo y la Aventura”. Reverte es un escritor de amena e interesante lectura, que ha escrito varias novelas, dos libros de poemas y algunos “libros deviajes”, fruto de sus propias experiencias como viajero. A este género, de larguísima tradición en la literatura, pertenece el título mencionado. Al entrar en sus páginas, añadido al interés de la lectura, surge uno más particular, el interés que nos suscita un libro cuando habla de la realidad más cercana a nosotros, cuando habla de “nuestras cosas”. En la página 52 podemos leer:“Belmonte, cien kilómetros al sur de Cuenca y ciento cincuenta al sur de Madrid, continua siendo hoy una animada pequeña ciudad a medio camino entre las carreteras generales de Madrid-Albacete y Madrid-Valencia, en el corazón mismo de La Mancha. El número de habitantes se acerca a los tres mil, y sigue celebrando sus fiestas patronales en septiembre, como en los días de Páez. Campos de cereal, viñedos,olivares rodean su magnífico castillo. Cuenta con una bella Colegiata del siglo XV, murallas muy bien conservadas, sobrias casas señoriales y varios conventos; entre ellos, el antiguo de los jesuitas, que abandonaron la localidad hace largo tiempo. El viejo Hospital de San Andrés aún sigue en pie. Son las de Belmonte tierras de Don Quijote, el paisano de Páez, y el Toboso de la “sin par” Dulcinea sehalla a un tiro de piedra. Es Belmonte una ciudad que transpira un aire místico. Hay en el parque una estatua de Fray Luis de León, su hijo predilecto, y otra de San Ignacio de Loyola frente a la Colegiata. Y muchas de las calles de la localidad llevan el nombre de sacerdotes de antaño. Pero ninguna de ellas se adorna con el de Pedro Páez...”
Hasta aquí la cita. Después, menciona Reverteque los vecinos no saben quién fue Pedro Páez, y que su nombre tampoco está en el libro de D. Luis Andujar, obra que, no obstante, cita con elogiosas palabras.


Tras esta mención directa a Belmonte, resulta inexcusable tratar de averiguar quién era Pedro Páez, y cuál era la relación que le unía con nuestro pueblo. Pedro Páez no era de Belmonte. Pero la historia de las villas y ciudades laconforman no sólo aquellos que en ellas nacieron, sino también los que vivieron y trabajaron en ellas, los que crecieron, física o intelectualmente, y los que de ellas tomaron fuerzas y valores importantes para sus vidas. Se es de donde se nace, pero se puede ser de muchos sitios, gracias a que, a lo largo de los años, vamos naciendo a nuevas cosas, a nuevas situaciones...Y todo ello nos haceadquirir nuevas patrias, que se van sumando a las anteriores que conservamos.

Pero ¿quién era Pedro Páez? Javier Reverte nos hace un relato detallado de lo que fue la vida y la tarea de este religioso jesuita. Retomaré ahora esa historia desde 1.588, e intentaré resumir las páginas del libro para presentarles, al menos de pasada, esta extraordinaria figura, de forma que se despierte su...