EL COMERCIO 19 04
Harvard me enseñó que la excelencia es, en sí misma, una misión personal y social.
Beatriz Merino Ex presidenta del Consejo de Ministros
Recibir el Premio a la Trayectoria de Vida (Lifetime Achievement Award) de la Universidad de Harvard me ha permitido reflexionar sobre lo que el centro de estudios más importante del mundo y sus valoreshan significado para mí.
Mucho es lo que puede decirse sobre la Universidad de Harvard. Hogar de la libertad académica, claustro del conocimiento, entidad preceptora de los altos valores de la cultura, formadora de artes, modos de ser y hábitos para la vida personal y la vida en común, proyectada desde su origen con la aspiración de servir desinteresadamente al ser humano, y contribuirdecisivamente a su progreso personal, espiritual y material. De ella han provenido 45 premios Nobel.
Cuando llegué a Harvard me identifiqué de inmediato con los cuatro valores primordiales de su Declaración de Principios: el respeto por los derechos, diferencias y dignidad de los demás; la honestidad e integridad en todo lo que hacemos; la búsqueda consciente de la excelencia en nuestro trabajo; y dar cuentapor nuestras acciones y nuestra conducta.
Estos cuatro valores están signados por la ética, que es el norte que debe guiar todas nuestras acciones y nos recuerda que el interés de la patria está siempre por encima de los intereses personales, y que, frente a ella, se ven pequeños y subalternos. Esa ética es la que nos compromete con la integridad, la honradez y la vocación de servicio.
Laintegridad, que nos permite decir lo que pensamos y hacer lo que decimos. La honradez, que tiñe la vida de apertura, confianza y sinceridad, y que expresa la disposición a vivir en la luz. Y la vocación de servicio, la virtud más noble de todas, pues denota desprendimiento, entrega y altruismo.
Harvard también me inculcó hábitos que son los faros que me esfuerzo en seguir: el hábito de la atención, elarte de la expresión, el darme cuenta cuando aparece una nueva idea, el hábito de escuchar con tolerancia la refutación de las ideas y argumentos, para luego defenderlas con énfasis, el arte de indicar asentimiento o desacuerdo de manera graduada, sensata y medida, el hábito de fijarme en los detalles con exactitud, el saber hacer las cosas a su tiempo, el valor del trabajo duro y la sobriedadmental. Harvard ha sido la escuela donde aprendí e inicié esa tarea sin término que constituye el conocimiento de la propia persona.
Además de haber ampliado mis conocimientos, consolidado mis valores y moldeado mi carácter para poder servir no solo en el sector privado, sino, principalmente, al ciudadano en el servicio público, Harvard me enseñó que la excelencia es, en sí misma, una misión personal ysocial. En lo personal, la excelencia es una tensión hacia lo mejor.
Es un impulso y una sed interior e inagotable de no conformarnos con lo alto, sino a buscar lo más alto; que nos lleva a no satisfacernos con lo grande, sino a anhelar lo más grande; a no ir en pos de la gloria, sino de la trascendencia.
Socialmente, la excelencia no es un ornamento prescindible, es una necesidad urgente denuestro país. Los peruanos no nacimos para mínimos ni para contentarnos con el menor esfuerzo. Nacimos para lo máximo, para lo más alto y lo más digno y todas las veces que no hacemos todo lo posible por ser excelentes, pagamos un altísimo precio, un costo terrible que sufrimos todos. Porque todos los que no se atreven a la excelencia nos hacen pagar la terrible retribución de la mediocridad.
Estoyconvencida de que la búsqueda de la excelencia mejora a las personas y, por consiguiente, a la sociedad. Esa pesquisa por ser excelentes se manifiesta, en las personas, en su curiosidad, en su disciplina para cultivar sus mejores talentos, su aprovechamiento del tiempo, su perseverancia, su disposición a renunciar a gustos, satisfacciones y éxitos inmediatos, su cultivo de virtudes y valores...
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