“El complejo fraterno: génesis de un lazo”, Assoun.

“El complejo fraterno: génesis de un lazo”, Assoun.

Prólogo: “Hermanos y hermanas en el corpus freudiano”.
Freud dibuja un cuadro de “estado de naturaleza” en el interior mismo de la sociedad familiar: “el hermano mayor maltrató al menor, lo calumnió, lo despojó de sus juguetes, y el menor se agotó en una ira impotente contra él, sin tener derecho a expresar su arranque agresivo”.
Ese dramatiene su puesta en escena, en tres grandes actos: de la prueba de la intrusión a la experiencia de la seducción, hasta la pausa de la reconciliación. Drama del lazo y la desligazón.

Lección I: La relación fraternal: la prueba de la intrusión.
El primer acto de la relación fraternal está marcado x la llegada de ese otro q en lo sucesivo hace valer de ipso unos derechos q al primogénito leparecen poco compatibles con sus propias exigencias, y hasta innegociables.
Este acto inaugural marca el “viraje” del complejo de Edipo y su transformación x ampliación en “complejo familiar”.
El recién nacido constituye un peligro, incluso una catástrofe doméstica y confronta con la prueba del (falso) doble (lo ya nos hace presentir su naturaleza especular).
El primogénito se comporta con todo elegoísmo q entraña esa edad y se revela poco hospitalario con ese extraño q repentinamente reivindica su parte del territorio parental. Hay ahí un “perjuicio egoísta” q genera “sensaciones de odio”. El odio se origina en la conservación de sí mismo, aquí exacerbada: si hay q hacer a un lado sin miramientos a los rivales, es xq vienen a contrariar el cuidad de un mismo. El hno, en efecto, es unacontrariedad mayor, y ésa es la fuente del “deseo de muerte” del q dará testimonio el sueño.
Diferencia con la expresión de la ambivalencia hacia los padres: en gral los niñlos dan expresión a esos sentimientos de odio mucho más literalmente q a los q nacen del complejo parental; el resentimiento aquí se expresa en voz alta, lo cual da cuenta de la legitimidad de la defensa de sí mismo y loestorban menos q en el contencioso edípico las reservas de culpa. La relación parental afecta de entrada la represión; la relación con la fratría, x su parte, la autoafirmación y la autoconservación. Es el ser de necesidad el q se niega aquí a transigir en cuanto a su satisfacción, a compartir la torta.
Lo q se plantea es una cuestión de defensa de la propiedad frente al “extraño”. Por otra parte, lo qestá en juego es el “espacio de habitación”. En esta lucha x la propiedad, lo q el intruso invade, la cosa q le sustrae, es sin duda el amor parental.
Los celos son el sentimiento primario hacia el hermano, a punta tal q Freud hace de los “celos normales” los herederos de esta situación. Donde hay celos, está en juego un hno.
Lo q se organiza a partir de allí, es una relación de tensiónespecular q ilustra muy de cerca la noción de transitivismo. Este designa la “forma” que “precede inmediatamente al instante en q el niño sabrá repartir sin error entre sí mismo y el otro los estados o actos q percibe”, de modo q, “aunque ya oponga a sí las personalidades distintas de la propia, puede llegar a atribuirles lo q es exclusivamente suyo”. Período eminentemente propicio a las proyecciones deun estado en el otro, q no carece de afinidades con la “identificación proyectiva” kleiniana.
Lo q descubre el transitivismo es esta relación con un alter ego, en él el ego se constituye en la vacilación misma, al borde de la confusión, identidad literalmente confusional de ese titubeante ego con su alter. El hermano/hermana contiene la posibilidad existencial de q me enfrente con él y pierda enun momento dado el sentido de mis propios límites, o él parezca penetrar en ellos. Lo q está en cuestión en esta tentación de anticipar a ese doble en sus gestos y posturas es el ser mismo de ese desdoblamiento originario.
La llegada de ese “doblete” fraterno, en efecto, me convoca a afrontar a ese doble q soy para mí mismo. Si el niño, debe revestir idealmente su ser propioceptivo con su...