el concebido
El estatus del concebido y la problemática de la
fecundación asistida
Juan Morales Godo*
Con poco que se reflexione en los problemas, novedosos o recurrentes,
que presenta el extenso campo de la bioética, se cae en cuenta de
la enorme complejidad de los mismos, tanto por lo que hace a la
comprensión de los propiosavances científicos como por la posibilidad
de una clara conceptualización y un rigor argumentativo. A tal
complejidad, y de alguna manera consecuente con ella, se añade la
propia del análisis jurídico. Quizás hoy más que nunca el jurista se ve
en la necesidad de echar mano de todos sus recursos teóricos y metodológicos
para prever, debatir, proponer y diseñar la normatividad
adecuada que leimponen los retos de la ciencia y de la ética.
Rodolfo Vásquez1
1. Ciencia, ética y derecho: a propósito de la inseminación artificial y
la fecundación extrauterina
Uno de los hechos más notables ocurridos dentro del campo de la biología,
en los últimos treinta años, es el relacionado con la posibilidad de generar
vida humana fuera del útero femenino, esto es, la denominada fecundaciónextrauterina o fecundación in vitro; sin embargo, tampoco se puede dejar
de mencionar las técnicas de inseminación artificial que facilitan la procreación
intrauterina. La manipulación de los elementos que originan la vida es
un avance cualitativo de gran trascendencia, porque permite dar solución a
determinados problemas que impiden que la concepción se produzca de una
manera natural, esto es,por medio de una relación sexual entre un hombre y
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una mujer. No se trata de una mera acumulación de conocimientos, sino
que se trata de conocimientos revolucionarios, de aquellos que, juntamente
con otros, provocan los saltos históricos, el inicio de nuevas eras.2
Sin embargo, aun reconociendo los grandes beneficios que están procurando
para la humanidad estos avancesde la ciencia, existe una serie de
cuestionamientos de orden ético, especialmente por parte de la Iglesia católica,
que es necesario afrontar para alcanzar niveles de consenso aceptables,
para luego entrar en el examen de los distintos problemas de orden jurídico
que ello genera. Lo jurídico no puede ser ajeno al avance de la ciencia, pero
tampoco puede prescindir de los aspectos valorativos.Diríamos que la ciencia
y lo ético son los presupuestos básicos, ya que, sin haber tomado determinaciones
sobre estos aspectos, no existiría el sustento jurídico adecuado
frente a la sociedad. Lo jurídico debe ser consecuencia de haberse logrado
niveles de consenso social sobre estos temas.3
Asimismo, no deja de ser una preocupación la posibilidad del manejo
irresponsable de los elementosque originan la vida, de tal forma que se
pudiera poner en peligro la naturaleza misma del ser humano. En efecto, el
nivel de conocimiento respecto de los elementos que originan la vida ha
generado las prácticas de una serie de combinaciones genéticas en el campo
de la zoología y botánica, que ha creado nuevas especies, con características
muy particulares, distintas de las especies aportantes.Si así ha ocurrido en
dichos campos, nada nos impide pensar que ello no pueda ocurrir con la
especie humana. Con esto, no solo nos referimos al tema de la selección
eugenésica, de por sí reprobable, sino también a qué tipo de mutaciones
podría ocurrir con el ser humano. Por ello, no es extraño que, a nivel universal,
se haya determinado que la especie humana es un bien que jurídicamentedebe ser protegido.4
El papel que le corresponde al jurista es trascendental, porque se con-
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vierte en el puente entre los avances de la ciencia y la tecnología y los valores
que las sociedades quieren privilegiar. Este cotejo permanente es el que
deben realizar los juristas, a fin de no convertirse en una traba para...
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