El conde de Mendez

El Conde de Mendez, sobre una hamaca de esterilla observaba con preocupación el vuelo uniforme de centenares de aves rapaces de negro plumaje.
En su ondulante vuelo, una tras de otra rompían de improviso la unidad del conjunto, otras en cambio cansada de tanto volar, desertaban de su formación para posarse en las copas de los árboles de cacao, el rastro de la huella que iban dejando que en suansiosa búsqueda habían logrado descubrir.
Nadie acertaba a descifrar el enigma ni siquiera la negra Dorinda, el Conde con sus propios ojos fijos en las a ves movía la cabeza con desaliento.
Fíjese usted en estos pájaros algo se traen entre manos son como un anuncio con un presagio de que peores cosas de las que hemos venido soportando se nos vienen, hubo como dos mil muertos pero ¿Qué se podíahacer ante semejante desenfreno? Y después las cosas han seguido de mal en peor: bancos en quiebra, conspiraciones, golpes de estado, unos montubios levantiscos y osocios que jamás desquitan el salario que buenamente se les paga y que usted quiere cobrarles lo que le deben, desaparecen alzándose con todo pues auque parezca.
El Conde lo miro partir, movió la cabeza con desaliento y sin dejar debalancearse en la hamaca en voz alta y rabiosa exclamo: Don Manuel poco tiempo atrás y en la suntuosa hacienda de la isla del Berjucal propiedad de don Tristán de Avila y Mont Blanc uno de los asistentes refiriéndose a él se permitió preguntarle al anfitrión porque no había sido invitado a la fiesta siendo como era su vecino.
Yo no invito a cholos a mi hacienda y peor a los facinerosos; le habíarespondido don Tristán molesto por la pregunta. Lo del Conde es postizo es un apodo que le pusieron en Paris cuando asistía a un baile de disfraces vestidos a la usanza de los cortesanos de Luis XV. Cuentan los que ahí estuvieron que fue el hazmerreír de la fiesta. Luego le atribuían una serie de fechorías como aquella de la lagartera que mantenían en un estero.
¡Que monstruosidad! Y todo por unaputilla francesa, de lo último una demi-mondaine una cocotte de las que en Paris frecuentan sórdidas garzoniers y lupanares. Lo que quiere decir que el tal Conde es un gran cocumagnifique.
¡Si usted hubiera visto los acuestes, y el quita que te tumbo! Aunque lo que más haría su amor propio era de haber llegado a constatar el menosprecio que le tenían ya que para ellos el no pasaba de ser más que unpobre diablo. A los que están en ese árbol apenas lo conozco pero no necesita ser un vidente para pronosticar todas las desdichas que nos traen.
¿Y que más decían?
Que yuste patrón es mala gente que aprovecho de su papá que lo engaño y le gasto la plata por montones ¿Y que decían de mí el Culo con sueño, el veneno Ledesma, el Cristo Apolillado y el ladron de Levita?
No se quienes tan seránpero los que de su merce dijieron horrores fueron casi toditicos. En su recogimiento, tampoco dejaba de pensar con pasionen Rachel y en la maraña de intrigas, Rachel estaba fastidiada le brindaba toda clase de atenciones y se sentía dichosa departiendo con el en su propio idioma, más las cosas no terminaron ahí ya que poco después Quiñonez sin saber que hacer aterrorizado como estaba preendiendoescapar sin embargo desde hacia poco meses algo había de extraño en su comportamiento.
Se decía que en tiempos coloniales uno de los señores Yzaguirre se volvió loco un dia llego a su hacienda portando un pesado cofre de joyas y monedas de oro para salvarlo del pirata Dampier que estaba presto a invadir el puerto guayaquileño para saquearlo obligo a dos de sus esclavos a enterrar el arcon en lo másprofundo y antes de cubrirlo con tierra hizo que hai sembraran un roble. Pasados los tiempos nadie supo el destino del psicópata sin conseguir que les confesara donde había escondido el cofre, hasta cuando una madrugada Manuel Mendez palmito un legero resplandor .
Mendez estuvo a puno de perder el juicio porque en medio de la confusión pensó que tratándose de un milagro solo a el correspondía...