El conocimiento
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Existen problemas relacionados con los requerimientos epistemológicos de una reforma del pensamiento. La crisis de paradigmas de la que hemos estado hablando, y su expresión particular en el campo de la lógica disciplinaria que hemos analizado, son los ingredientes básicos para comprender el talante de la visióntransdisciplinaria que se constituye en pivote fundamental en una nueva concepción del conocimiento, concepción ésta que afecta directamente las orientaciones teóricas sobre la universidad y alimenta de un modo decisivo las orientaciones estratégicas sobre las reformas universitarias.
Esta mirada transdisciplnaria intenta demarcarse de los planteamientos de la interdisciplina y la multidisciplina.No por un propósito de demarcación nominal que identificaría una corriente de pensamiento, sino por la razón de fondo de postular otra lógica para la organización de los saberes.
Una nueva racionalidad para fundamentar las prácticas teóricas, una nueva episteme de cara al tránsito epocal en el que nos encontramos.
Esta óptica se caracteriza en el punto de partida como crítica epistemológica ala lógica disciplinaria que está en la base del modo moderno de producción de conocimiento. Por ello mismo, como distanciamiento frente a todas las formas de cientificismo que le son inherentes. De allí la importancia de no confundir esta orientación epistemológica con las denominaciones interdisciplinarias o multidisciplinarias.
Un paradigma transdisciplinario no es una metodologíainstrumentalmente aplicada por usuarios ávidos de una receta para resolver pequeños problemas de contabilidad en sus proyectos de investigación.
Se trata, en verdad, de una torsión severa del enfoque sobre la realidad y el conocimiento.
Un paradigma transdisciplinario replantea en su raíz la lógica de los espacios del conocimiento, sus fronteras, sus modos de abordaje, sus objetos y su racionalidad.Se trata de un atravesamiento de prácticas y discursos. Es decir, una reapropiación de acerbos y repertorios que pueden reintegrarse en otra lógica de los saberes. Esta radical transversalidad se atiene a otros criterios de consistencia, a otros parámetros de pertinencia. No quiere ello decir que todo vale.
Sí quiere indicar con claridad que los protocolos y legalidades cognitivas del viejoparadigma ya no funcionan en este nuevo espacio. Se trata de inaugurar una nueva episteme; nuevas reglas de juego para la producción, circulación y recepción del conocimiento.
Esta perspectiva supone un nuevo repertorio de nociones, conceptos y categorías a tono con la racionalidad que irrumpe, en concordancia con el tono civilizacional que opera como horizonte de sentido. Es allí, justamente,donde debe insertarse la orientación transdisciplinaria: como sensibilidad intelectual, como mirada de los nuevos campos, como diálogo de saberes, como recomprensión de la propia idea de realidad, y hasta como práctica y discurso de los nuevos actores.
Que se investigue y discuta directamente sobre las categorías de transdisciplina y complejidad en el mundo académico es una cuestión natural que vade suyo. Lo importante es más bien que la arquitectura epistemológica toda esté pensada en esta clave; que las modalidades de circulación curricular de los usuarios respondan a esta concepción; que la labor de producción de conocimiento, de formación y de vinculación social se conciban bajo esta mirada. En fin, que el imaginario de la universidad que queremos pueda ser fecundado a partir de unavisión de este temple.
El uso instrumental de estas categorías corresponde a las carencias propias de una coyuntura en la que los arsenales paradigmáticos se han quedado vacíos. Son fenómenos pasajeros alentados por la inmensa demanda de soluciones y soportes que ya no se encuentran en las fórmulas tradicionales de los consabidos manuales de metodología. Pasado el típico efecto de las modas...
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