El Conocimiento
Dejemos ahora este punto de controversia. El caso es que muchos interpretaron esta "batalla de iglesias" como un ejemplo de la necesidad que existía de imponer la voluntad del estado sobre las creencias religiosas de loshombres. Comenta José Javier Esparza en su Guía políticamente incorrecta de la civilización occidental que las soluciones que estos pensadores barajaban eran dos: de un lado, que el estado devorara a la religión, y la conviertiera en títere suyo; del otro, separar el elemento religioso del estado, dejándolo a la libre elección del individuo. Yo me atrevería a decir que el primer camino fue el seguidopor la Inglaterra que se separó de la obediencia a Roma, conviritiéndose el monarca en la cabeza de la nueva iglesia nacional; y el segundo el escogido por muchas de las naciones protestantes, que aunque en un primer momento no pudieran sospecharlo, abrieron el camino a la relegación del fenómeno religioso al ámbito de lo privado, expulsándolo del mundo público, que se consolidaría siglosdespués.
El filósofo inglés Thomas Hobbes, autor del famoso Leviatán (1651), consideraba necesario el abandono de los derechos individuales por el bien común, como única forma de sobrevivir en este mundo, auténtica jauría humana. Dicho así, suena estupendo. El problema es que esta renuncia a los derechos personales en pos de un servicio a la comunidad (en un sentido amplio) no es en virtud de ladefensa de una ley natural universal que todo hombre debe respetar, porque a fin de cuentas procede de Dios, sino que simplemente es un modo de superar el estado salvaje en el que el hombre se encuentra, cediendo al estado todo el poder. Éste sería el encargado de dictar lo que era correcto y lo que no, lo que estaba permitido, y lo que no podía hacerse. Como vemos, es una tentación muy moderna,que ya incluso se ha extendido a cada persona particular: hoy día se pretende que cada ser humano pueda decidir, en lo profundo de su moral, qué es bueno y qué malo; en definitiva, el relativismo absoluto del que tanto nos previene el Santo Padre Benedicto XVI.
Tras un primer análisis pude parecernos que la teoría política desarrollada a partir del Renacimiento -aunque no en un nivel...
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