El contrato en general

TEMA 1. EL CONTRATO EN GENERAL
I. Concepto de contrato.
II. La autonomía de la voluntad en la contratación.
III. Nuevas modalidades contractuales en el tráfico moderno.
1. Contratos normados.
2. Contratos forzosos o impuestos. La obligación legal de contratar.
3. Contratos normativos.
IV. Clasificación de los contratos.
1. Unilaterales y bilaterales.
2. Onerosos y gratuitos.
3.Consensuales, reales y formales.
4. De tracto único y de tracto sucesivo.
5. Típicos y atípicos.

I. Concepto de contrato.

Un contrato es:
Un consentimiento en obligarse.
Bilateral.
No revocable por un parte.
No unilateralmente determinable por el arbitrio de uno de los contratantes.
Suficientemente determinado en su objeto.
Cualquiera sea su forma de celebración.
Produce fuerza de leyentre las partes.
No externaliza sus efectos a terceros.
El carácter bilateral de un contrato no significa que haya varias personas. Por ejemplo: una misma persona emite tanto la oferta como la aceptación del contrato, pero actuando en conceptos distintos al emitir cada una de estas declaraciones: como oferente podría actuar en nombre propio y como aceptante en representación de la persona jurídicaX. También puede ser que no actúe en nombre propio y que, por tanto, la oferta se haga actuando en representación de la Sociedad X, y la aceptación como representante de la Sociedad Y. Lo que no es posible es que las declaraciones de voluntad (oferta y aceptación) sean emitidas en nombre propio. Estos ejemplos de autocontratación suponen bilateralidad y por tanto nunca serán una excepción a ésta.II. La autonomía de la voluntad en la contratación.

El principio de autonomía privada contractual se encuentra recogido en el art. 1.255 CC, por lo que su ámbito se refiere (“Los contratantes pueden establecer los pactos, cláusulas y condiciones que tengan por conveniente, siempre que no sean contrarios a las leyes, a la moral, ni al orden público”), y en el art. 1.091 CC por lo que a sueficacia se refiere (“Las obligaciones que nacen de los contratos tienen fuerza de ley entre las partes contratantes, y deben cumplirse al tenor de los mismos”: esto es el principio pacta sunt servanta).
Los contratos no sólo obligan “al cumplimiento de lo expresamente pactado, sino también a todas las consecuencias que, según su naturaleza, sean conformes a la buena fe, al uso y a la ley” (art.1.258 CC). Son pues especialmente importantes las normas imperativas, puesto que las mismas marcan el límite de lo que las partes pueden acordar. Pero también son importantes las normas dispositivas, puesto que las mismas serán de aplicación en todo aquello que las partes no hayan acordado de manera distinta.
Como hemos visto antes, el art. 1.255 CC concede a la autonomía privada dentro de estecampo de los contratos un ámbito de actuación amplísimo. No es preciso que las partes acuerden un contrato previsto y regulado por la ley. Cualquier pacto que alcancen será válido y eficaz siempre y cuando el mismo respete los límites de las leyes imperativas, de la moral y del orden público. Estos son los límites que acotan el conjunto de intereses que, siendo perseguidos por las partes contratantes,el legislador considera dignos de esa protección especial que deriva del principio de autonomía privada, y que consiste en convertir el acuerdo querido por aquéllas en ley o norma vinculante para las mismas.

Fundamentos del principio de autonomía contractual

Es un mandato constitucional: los sujetos que componen la sociedad civil de un orden jurídico deben disponer en la mayor medidaposible de un instrumento (el contrato) para componer y coordinar sus respectivos intereses en la forma que más les convenga (arts. 10 y 38 CE).
Es una regla de eficiencia económica ineludible en sistemas de libertad de mercado, porque la optimización de los recursos y la satisfacción de las aspiraciones privadas quedan mejor servidas si se entrega a sus protagonistas la competencia de decidir la...