El Crimen de la Calle de La Greña
Una vecina de la Calle de la Greña denunciaba que, delpiso segundo derecha del número 34 salía un olor espantoso. Temía que le hubiera pasado algo al inquilino, Francisco Tenes, presbítero, de 66 años. Decía misa todos los días en la iglesia del turno deVela y Alumbrado. No había sido visto por el vecindario desde hacía cinco o seis días.
Se personaron en el lugar varios inspectores de la entonces denominada Brigada de Investigación Criminal.Comprobaron que, en efecto, salía del piso un hedor insoportable. Dieron aviso al Juzgado de Guardia.
La Autoridad Judicial ordenó avisar a los bomberos para que forzaran la puerta y poder entrar enla vivienda. No fue necesario, pues lograron penetrar por una ventana pequeña y abrieron la puerta. Tuvieron que protegerse con unos pañuelos impregnados de agua de colonia y así evitar las náuseasproducidas por el insufrible olor.
Ya en el interior del piso, en una habitación de dos camas que se hallaban deshechas, encontraron el cadáver del presbítero, desnudo y posición de decúbito lateralizquierda. Se le apreciaron nueve puñaladas en diversas partes del cuerpo. En el suelo del cuarto había una enorme mancha de sangre. El cadáver se hallaba en un proceso de descomposición acelerada. Lamuerte se debió producir el día 23 del mismo mes de agosto.
Se registró el piso en busca del arma homicida, diligencia que se realizó entre grandes dificultades, pues la casa estaba abarrotada demuebles amontonados, antigüedades, animales disecados y objetos diversos, así como de grandes cantidades de alimentos en estado de descomposición. Todo ello en medio de un desorden indescriptible.Se halló un cuchillo de cocina de unos veinte centímetros de hoja, presumiblemente el arma homicida. Aunque estaba lavado, aún se le pudieron apreciar rastros de sangre.
En un charco de sangre...
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