El cuadro de Arturo Oyarzabal

El cuadro de Arturo Oyarzabal
Obra: El despertar del tigre
Museo MAR de Mar del Plata
Arturo es un chico joven que es diferente a todos los chicos de su edad, el siempre pondrá como prioridad la comodidad de su casa, el sentarse en un escritorio y bocetar, con café en mano, ideas que le vengan a la mente, desde dibujar animales con partes de su cuerpo mezcladas, como tigre antes (tigre –elefante), perro vejas (perro- oveja), hasta edificios y casas con estructuras tan originales e innovadoras, que podría convertirse en un destacado arquitecto de su época. Pero eso no es lo que Arturo quiere, a pesar de que su familia le insiste que estudie carreras como diseño o arquitectura, a pesar de las opiniones de su familia, el siempre pensó que no querría formar parte de “un ejército” comollamaba el, que te forma para una actividad y siempre los terminas beneficiando a ellos. Lo que siempre al le apasionó fue valerse por su cuenta, y que sus trabajos lo inspirasen a el y a su familia, que a través de ellos pudiese expresar todas sus emociones.
Un día Arturo llegó muy cansado del trabajo, pues al trabajar en atención al cliente en una pequeña empresa de zapatillas de la ciudad,su trabajo era estresante. Ese día hubo 15 personas esperando los servicios de Arturo, ya que una encomienda de zapatillas modelo “Adelaida” había presentado una falla que hacía que al correr, la planta del pie no reaccionase correctamente al contacto de la zapatilla, lo que causaba unos dolores espantosos de pie para quien las usase. Cosa que habían notado los 15 clientes enfadados yterriblemente exclamativos que hacían la cola aquella tarde de jueves del mes de enero.
Arturo, hombre de impresionante paciencia, tuvo que soportar todas y cada una de las quejas con un rostro inexpresivo, mientras en su cuaderno azul anotaba todos los comentarios de los clientes: Algunos nombraron a su hermana, otros, simplemente se desgarraban las cuerdas vocales en gritos inservibles de los que soloresultaban cientos de escupitajos voladores que iban a parar al cuaderno de Arturo, pero el siempre inexpresivo, anotando todo pero a la vez con su cabeza en otros lugares, como en su paraíso donde lo esperaban sus animales a medio bocetar llamándolo con maullidos, croares, ladridos y mugidos distantes, que lo invitaban a dirigirse a su lugar, el escritorio de Arturo.
Las calles estabanpacificas cuando eran recorridas por el imaginado chico, el cual mirando al suelo y con las manos en los bolsillos de su desgastado jean, se encontraba seco como tierra en el desierto: No sabía cual podría ser su creación de aquella noche.
Aun sin ideas y empezando a desesperarse, Arturo recorrió las 25 cuadras y media que lo separaban de su casa. Recurrió a los recursos exteriores: Lospequeños plantines con flores australianas de la señora Quezón, la bicicleta oxidada del Sereno rodríguez, las pintorescas puertas del café de Doña Marta, pero sin embargo seguía sin encontrar el objeto que despertara su mente y que produjese un clic en su interior y lo inspirase por completo.
Es así como Arturo llego a su casa completamente vacía de ideas, enfadada, recorre los ambientes de su casaesquivando a toda su familia, se recuesta en el sillón de su habitación y decide cerrar los ojos en busca de una inspiración repentina pero sigue sin ocurrir nada. Vencido, el agotado chico se recuesta boca arriba desilusionado, cuando repentinamente entra su mamá con una bandeja, y sobre ella un plato de comida y los cubiertos de plata pura italiana que utilizan para las ocasiones especialescomo reuniones o fechas importantes; ¿Qué hacían ellos allí?
-Mama, ¿Por qué traes los cubiertos que usamos en navidad y año nuevo?
-Podrías agradecer al menos que me compadecí y decidí traerte la cena a tu habitación, ¿no es así?
-Bueno, gracias mamá, ¿Por qué decís de compadecerte de mí? ¿Acaso te doy lastima?
-No hijo, seguramente debes haber tenido un día muy difícil en el trabajo, y sabes...