El cuento del tigre Gregorio
Pero una mañana, al despertar, algo raro pasó: ¡alguien le había robado a Gregorio todas sus rayas! El tigre miró a su alrededor pero a nadie encontró. ¿Cómo ha podido ocurrir? Buscaré alladrón por toda la selva.
Primero, Gregorio se encontró a Paco el hipopótamo.
-¿Has sido tú el que me has quitado mis rayas? –preguntó Gregorio a Paco el hipopótamo.
-¿YOOOOOOOOOOOOOOOO? ¿PARAQUÉEEEEEEEEE? -le contestó abriendo muchísimo la boca.
Gregorio vio dentro de la boca que no tenía ninguna de sus rayas. Así que siguió buscando...
-¿Me has robado tú mis preciosas rayas? – le dijoGregorio a un animal con un largo cuello.
–Qué animal más raro -pensó.
Pero ese animal no le oía... Y como no iba a oírlo!, sus orejas estaban tan arriba que no podían oír lo que le preguntaban desdeabajo. Pero Gregorio el tigre no se rindió y subió por el tronco del árbol hasta llegar a los oídos de aquel animal:
-¡Anda si es Rafa la Jirafa! ¿Has sido tú quien ha cogido mis rayas? –preguntóGregorio.
-¿Yo? -contestó Rafa -¿No ves que yo llevo manchas grandes, marrones y cuadradas?
-Es verdad –dijo Gregorio triste, así que siguió buscando.
¿Tienes tú mis rayas? – le dijo Gregorio a unanimal muy feliz que tenía el cuerpo repleto de rayas como las suyas
-¿Yo? –dijo Eusebia la cebra. Mis rayas se parecen a las tuyas, pero si no las tuviera no sería una cebra.
Triste Gregorio le diola razón, así que volvió a su búsqueda.
Dos árboles más adelante observó cómo Lola la serpiente descansaba enrollada en las ramas...
-¿Me has quitado tú las rayas mientras dormía? – le preguntóGregorio el tigre
-¿Yo? ¿Acaso no ves que soy toda de un color?- respondió la serpiente
-Pues tiene razón –pensó Gregorio y siguió buscando.
Entonces Gregorio al estar tan cansado de buscar...
Regístrate para leer el documento completo.