El Cuento Segall Y Francisco

Segall y Francisco
Un amor encadenado…
Por Alma Yosselin Lanza
Érase una vez, en una aldea de renombre, los tiempos eran sobrios, en una Honduras contemporánea, nace una bella niña que más tarde sería la protagonista de una gran historia.
En 1948 del matrimonio de una hondureña y un extranjero. Angelina Castro y William Brown, una cálida mañana 29 de febrero dio a luz la señora de Brown a unaniña a quien llamaron Segall; el parto se complicó y la señora de Brown falleció.
Segall creció junto a su padre, quien la amaba de una manera asombrosa, en un cariño un tanto, diría que posesivo y sobreprotector. Él cambió mucho después de la muerte de su esposa aun así le brindo las mejores comodidades a su hija consentida; una casa grande en el campo, los mejores regalos, yeguas pura sangre, ytodo cuanto ella pidiera. A pesar de ello Segall era una niña muy humilde le gustaban mucho las plantas y cultivarlas pero su padre se molestaba hasta por esta razón. Decía que para eso había mozos y que ella no tenía por qué ensuciarse sus delicadas manos.
El señor Brown era un hombre muy generoso, compasivo y servicial a pesar de aquella tragedia que borró su sonrisa por muchos años. Su casaera grande y sus negocios eran la agricultura y ganadería, tenía la necesidad de contratar mucho personal, había familias enteras albergadas en su hogar tenía que pagarles un sueldo y ofrecerles al menos un techo y comida a diario.
Una tarde de invierno, llegó a su casa una familia que había sido recomendada por una empleada de confianza, Mari López la señora que cuidó de ellos después defallecer la señora de Brown, ganando así el cariño de Segall y la confianza del señor Brown, dicha familia estaba conformada por la hermana de doña Mari, su esposo y su hijo Francisco, una familia humilde y honrada de campesinos, sabían mucho de cultivos y eso animó al señor Brown quien enseguida acepto se quedaran, comentándoles que recientemente había perdido su siembra y mucho dinero que invirtióen ella, que a ellos les encargaría este trabajo, que pondría a su disposición a más personas, para que lo hicieran de la mejor manera.
Segall en su inocencia de niña y su humildad conoció esa misma tarde a Francisco con quien rápidamente tuvo una gran amistad, la coincidencia de su edad y sus gustos por las plantas los llevo a empezar lo que sería después una placentera compañía. Su padre no semolestaba, no veía ningún problema en que Segall tuviese un amigo en su infancia y pidió que además de educar a su hija le dieran educación a aquel niño que lo merecía, pero aún en su desconfianza extraña, siempre le pedía a doña Mari jamás descuidar a su niña.
Pasaron los años y su padre le ofrecía a Segall las mejores fiestas de cumpleaños de toda la región, aunque a ella solo le alegraba estarcon Francisco y los humildes detalles que él tenía con ella. Una rosa roja desde que cumplió sus doce años hasta los catorce, ella las guardaba y con mucho cariño las veía a diario, aun deslustras las colocaba en un lugar donde se conservarán por mucho más tiempo, marchitaban las rosas, pero no aquella emoción al verlas, que la hacía suspirar. Francisco un día la observó viendo esas flores yaincoloras y secas, recordó el detalle que cada año le hacía con todo el cariño de amigos. Ese mismo día prometió entregar una rosa de distinto color cada semana para hacerla feliz, sin que se convirtiera en costumbre aquel obsequio y siempre sorprenderla.
El día de sus quince años, ese día que todas las muchachas de su clase esperaban para presumir sus vestidos costosos, competir por la mejorfiesta y la mejor velada, esa mañana ella se sintió muy triste, ese día su padre entregó a ella una bolsa de lana que su madre dejó antes de su nacimiento, para que fuese entregada a ella ese día, todas las personas que rodeaban a Segall andaban alborotadas, preparando todo para darle a la señorita el mejor día de su juventud.
Segall tenía mucha angustia en su corazón pues su madre antes de...