El desarrollo sostenible: sus implicaciones en los procesos de cambio

Mara Novo A orillas de un nuevo milenio la crisis ambiental En el cruce entre dos milenios, la mirada de los hombres y mujeres de nuestro tiempo se vuelve hacia atrs, observa, reconstruye y descubre graves desequilibrios, promesas incumplidas... La destruccin de mltiples ecosistemas, la contaminacin creciente del aire, agua y suelos, las demandas de quienes no tienen acceso a los recursos,nos hablan de necesarias y urgentes soluciones para los problemas pendientes. Entre tanto, un ejercicio de reflexin resulta indispensable para continuar caminando. Vivimos en el seno de una crisis ambiental, pero qu es una crisis... Attali (1982) la define como la larga y difcil reescritura que separa dos formas provisionales del mundo, aquella que, al menos en parte, es necesario abandonar porhaberse mostrado incapaz de resolver los problemas, y esa nueva visin emergente que, planteando alternativas innovadoras, se orienta hacia el equilibrio en las relaciones entre los distintos grupos humanos y de la Humanidad con la Naturaleza. Hablar de reescritura significa regresar, aunque sea por un tiempo, a los orgenes. Es preciso reinterpretar el pasado, descubrirnos en l y descubrirlo, paraver, con ojos crticos, nuestros aciertos y errores, para intuir los cambios de rumbo necesarios. Analizar la problemtica ambiental supone, as, identificar sus causas y tratar de descubrir los modelos de utilizacin de los recursos que subyacen a la crisis. Porque es ah, en la profundidad de los orgenes, en las conductas y los modelos que la Humanidad (o al menos parte de ella con gran capacidadde decisin) ha adoptado, donde podremos descubrir realmente las races de nuestro comportamiento como especie, a travs de relaciones inter e intraespecficas que expresan nuestro modo de entendernos y de estar en el mundo. Mirando atrs sin ira (pero con lucidez...) Una mirada retrospectiva nos muestra, en el plano cientfico, varios siglos de dominio del viejo paradigma mecanicista, cientos de aos depretendida separacin total entre el sujeto, el objeto y su contexto. Sus efectos son evidentes. La necesidad de un cambio de rumbo tambin. Hoy comprendemos, al fin, que la tarea diseccionadora de los procesos cientficos de corte reduccionista, si bien se mostr (y se muestra) til para resolver problemas concretos (comunicarnos a distancia, poner un avin en vuelo, etc.) ha resultado infecunda parainterpretar toda la complejidad del entramado que envuelve nuestra presencia en la Tierra. En efecto, esta Ciencia positivista no ha podido explicar el funcionamiento de los tres grandes sistemas que ms nos preocupan -lo infinitamente grande (el universo). -lo infinitamente pequeo (el mundo subatmico). -y el mbito de la vida. Desde el punto de vista tico, comprobamos como la prdida de cercanaentre los seres humanos y la Naturaleza ha ido pareja con el afianzamiento de un imaginario social que otorga a la especie humana la funcin de dominar y transformar cuanto tiene a su alcance. La idea de la Tierra como centro del universo fue desbancada en su da, pero la idea del hombre como centro de la Tierra todava sigue pendiente de revisin, aunque algunos antroplogos nos recuerden, para nuestrodisgusto, que quiz somos nicamente una idea tarda, una especie de accidente csmico, slo una fruslera en el rbol de Navidad de la evolucin (Jay Gould, 1991). En todo caso, es evidente que estamos retados a revisar nuestra posicin frente a la Naturaleza, as como tambin, desde los sectores ricos del planeta, nuestra posicin (encubierta o no explcita, pero real) frente al resto de la Humanidad. Sedice que el reto de las personas en este fin de siglo es autorrealizarse. Algunos pensamos que tal ambicin slo resulta posible y legtima cuando implica realizarse con todo lo existente (y con todos los que comparten con nosotros la aventura de estar vivos en este tiempo y lugar). En el mbito social, si aceptamos el hecho de que la sociedad de la globalizacin es un mosaico de graves desequilibrios...