El desencanto por la historia y el futuro

El desencanto por la historia y el futuro
E. M. Ciorán
Y no quisiera morir, aunque haya sido invitado,
prefiero seguir aquí, en este mundo inventado.
Javier Corcobado
A partir de la lectura delos autores estudiados en el curso, me surgen las siguientes interrogantes: ¿Es correcto el empeño en querer siempre construir el futuro, en pensarlo como progreso, sin detenernos a considerar lasrazones por las cuales hoy somos participes de la crisis del proyecto histórico de la modernidad? ¿No es que presenciamos la pausa histórica producida por la falta de un mapa capaz de orientar losfuturos que devienen? ¿No son precisamente las sociedades “primitivas”, olvidadas o rezagadas por los sistemas de conocimiento dominantes, las que hoy rechazarían, ya sea de manera violenta, o con sistemasde creencias místicos, que la modernidad rechazó sin duda? La duda, esa alteración de profeta frustrado, parece haber caído de lleno sobre todas las certezas que justificaban nuestra existencia, yque nos cegaban convenientemente, a fin de que pudiéramos continuar siendo, en un universo que acabó por perder su meta, su rumbo aparentemente correcto, que cayó en el sinsentido que bien apuntaCiorán.
¿Cómo responder a esas dudas que nos asaltan? Deshumanizarnos sería olvidar que no se es nunca tan humano como cuando se lamenta serlo, como cuando se comprueba que es imposible ignorar lo que estásucediendo. Creo que de lo que hoy dudamos no es tanto de la muerte de una era para dar paso a una nueva, suceso que ya no puede ser buscado con la libertad con que se esperaba la llegada plena de lamodernidad. Para numerosos grupos humanos, la conciencia del problema se presenta sin desearla, enviciada en lo virtual, gozosa de la plenitud nula de un yo, de una identidad que debe enfrentar elespinoso camino que la lleva a buscar en un pasado decaído, en un yo anterior al que surge con la modernidad. Ahí, en ese espacio, mejor aún, en ese espacio/tiempo, estaría aclarado lo que Ciorán...