El dia más extraño de mi vida

Al amanecer me dirigí al bosque para tomar aire fresco, tomé la motocicleta y salí de aquel hotel; iba pensando en todo lo que me rodeaba, pero de pronto una anciana cruzó la pista a pesar de que la luz del semáforo estaba en rojo, ya era muy tarde para buscar una solución, traté de frenar con las manos y los pies, desviándome hacia la derecha; oí el grito de la anciana y junto con ello perdí laconciencia. Fue como dormirme de golpe.

Después de unos minutos sentí que tres o cuatro hombres estaban sacando la moto de encima de mí. Cuando la sacaron pegué un fuerte grito no soportaba más ese dolor tan intenso que me acongojaba, mi brazo derecho había sido el más lesionado.

Sentí que algunas voces me alentaban a tener paciencia hasta que la ambulancia llegara. Pregunté por la anciana,por su estado de salud.

-¿En qué estado se encuentra ella?-pregunté

-Ella se encuentra bien, solo recibió unos cuantos rasguños en la pierna. Usted trató de evitar atropellarla pero eso hizo que la moto saltara encima de usted, ella le debe la vida- me dijo un hombre de mas o menos unos 20 años.

Después de unos cinco minutos llegó la ambulancia, me llevaron al hospital más cercano dellugar, me subieron a una camilla muy blanda donde pude recostarme a gusto. Con toda lucidez, pero aun con un poco de los efectos del shock terrible, de aquel accidente, le di mis datos y testimonio a los policías que me acompañaban. Sentía una sensación de náuseas que me dominaba por completo, me dirigieron a una habitación muy pequeña, algunas enfermeras me ayudaron a ponerme una bata de colorgrisáceo y un poco dura. Después de ello me llevaron a la sala de radiografías en donde un hombre de blanco observaba mi radiografía, poco después me dirigieron a la sala de operaciones. Sentí como todo se desvanecía ante mí.

Todo era como un sueño, todo estaba lleno de olores y yo nunca soñaba con olores. Primero sentía un olor a pantano luego un olor a fuego, eso realmente era un olor de huida,tenía que huir de los yarúas que andaban en caza de hombres, lo único que me quedaba era huir hacia un camino dentro del espeso bosque que solo nosotros, los huitotos, conocíamos.

Lo que más me fastidiaba era ese olor, ese fétido olor, ese olor a guerra que se esparcía por cualquier lugar en donde iba, se escuchaba un sonido a ramas partiéndose, el miedo se apoderaba de mí, tal vez había sido unanimal, pero aun el miedo seguía dentro de mí. Lo único que podía hacer era seguir corriendo y perderme en ese bosque inmenso, de nuevo apareció ese olor que tanto temía ese olor a guerra, di un salto inesperado hacia adelante.

Se va a caer la camilla- me dijo el paciente de al lado- No brinque tanto.

Abrí los ojos y era de tarde, el sol ya estaba ocultándose, traté de no pensar en lapesadilla que había tenido, pero me sentía cansado como si hubiera estado corriendo por largo tiempo. De vez en cuando me involucraba en la conversación de los pacientes de mí alrededor respondiendo algunas preguntas que estos me hacían. Después de transcurrido un pequeño tiempo llego un enfermero que inspecciono el yeso que tenía en el brazo y este a la vez colgaba de una especie de poleas.

Cuandocaía la noche una enfermera trajo un tazón con caldo que tenía un olor exquisito, no tarde mucho en terminarlo. Ya era muy de noche las ventanas estaban abiertas y corría un viento fresco por toda la habitación, pensé que no iba a ser tan difícil quedarme dormida.

Cuando abrí los ojos me sentí corriendo, ahí estaba yo corriendo a través de los árboles que habían tomado una color mas negro. Mehabía salido del camino, pensé en que tal ves podía regresar hacia a él, no podía estar tan lejos, al mismo tiempo sentí como si mis pies se estuvieran hundiendo en el barro. El olor a guerra regresaba los yarúas estaban cerca, me puse a balbucear una plegaria, uno de ellos se me echó encima y pude clavarle el puñal que tenía en mi mano ya hace largo tiempo, los yarúas no tardaron en acorralarme...