EL DIABLO DE LOS NUMEROS
Atmósfera de misterio y suspenso (el autorcrea un marco o escenario sobrenatural capaz, muchas veces por sí mismo, de suscitar sentimientos de misterio o terror).
Profecía ancestral (una maldición pesa sobre la propiedad o sobre sushabitantes, presentes o remotos).
Eventos sobrenaturales o de difícil explicación.
Emociones desbocadas (los personajes están sujetos a pasiones desenfrenadas,accesos de pánico, agitacionesdel ánimo tales como depresión profunda, angustia, paranoia, celos y amor enfermizo).
Erotismo larvado (bajo la atmósfera de misterio laten conflictos amorosos mal resueltos y oscurosimpulsos sentimentales. El paradigma de la doncella en apuros es muy frecuente; los personajes femeninos enfrentan situaciones que producen desmayos, gritos, llanto y ataques de nervios. Se apela alsentido de compasión del lector presentando a una heroína oprimida por angustiosos terrores que, normalmente, se convierte en el foco de la trama. Otro paradigma insoslayable es el de lafigura masculina tiránica; suele tratarse de un padre, rey, marido o guardián que requiere de la doncella una acción indigna o inadmisible, sea el casamiento forzado, el sacrificio de su castidado alguna acción todavía más siniestra).
Falacia patética (las emociones de los protagonistas intervienen en la apariencia de las cosas, o bien el clima que rodea una escena define el estadode ánimo de los personajes
Horace Walpole, con El castillo de Otranto (1764); Ann Radcliffe, con Los misterios de Udolfo (1794); y Mary Wollstonecraft Shelley, con Frankenstein (1818)
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