EL DIARIO DE LA ALDEA
¡Ay Dios, que ves el viento y ves la nube,
compadécete de mi alma
que es una nube fría en un cielo claro!
Mi andar no es andar de consciente sino
de sonámbulo;
llevo lasmanos en el aire
y el pensamiento en el azul;
llamo «madre» a las plantas
y a las margaritas «hermanas»;
en cualquier riachuelo veo la faz de mi padre,
y los luceros, carbunclos de la noche, son mis «hijos».
Esta síntesis del mundo que llevo conmigo
a veces me sume en la tiniebla;
¡pero siempre me arrastra a la luz!
Oh naturaleza, ¿qué mal te he hecho
para que me castigues con unacarga tan
desapacible?
Yo sé que vine del misterio,
pero los cambiantes de la vida son más inexplicables
que las flaquezas de la muerte, o que
la sencillez de la nada. Tú no me podrás dar la alegría riente
de lejanos días y lejanos tiempos;
en ti vengo a curarme de viejos males,
en ti vengo a reposar.
El pájaro herido busca el antiguo albergue
de susdichas.
Junto a aquella rama, yo soñé;
bajo la sombra de aquel árbol yo medité;
el susurrar del río ya no me sabe a música, pero a
un despertar próximo me suena.
Mariposillas: no voléis, brisas: no entremezcléis mi cabello cano.
¡Siga mi frente erguida y luminosa como
una antorcha!
Este hueco de cañada me recuerda la vida
y esta placidez de soledad me quiere como
hablar de niñez.
Yo fui un niño como todos los otros,
aunque un poco más cándido y más triste.
De ayer a hoy, ¡qué abismo!
y de ayer a mañana, ¡qué universo!
Con moras frescas me teñí las manos
ytengo la mirada cansada de soñar cosas tristes.
El cielo que tengo por delante no es doloroso;
pero el horizonte de mi vida presente, sí que lo es!
El maíz brillaba en las manos del hombre,
la polla seinternaba entre los matorrales,
el cielo se encapotaba sereno.
¡Quién fuera madreselva!
¡Quién fuera río!
¡Quién fuera cañada!
Flores,
flores,
flores.
¡Oh mayo!
¡oh dolor!
Tal cuando...
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