El Dios Pan
Pío Baroja, El laberinto de las Sirenas.
Cuenta Plutarco en su discurso sobre la desaparición de los oráculos de su tiempo, que en el reinado de Tiberio, encontrándose unnavío, de noche, cerca de Paxis, una de las pequeñas islas Echinades, del golfo de Patrás, no muy lejos de la desembocadura del río sagrado Aquelous, río toro y fecundo, en un momento de calma, cuandolos tripulantes y los viajeros del barco estaban dormidos, el capitán Thamus oyó una voz sonora, llegada de tierra, que pronunciaba su nombre varias veces.
Thamus no contestó a las primerasllamadas, pero al último preguntó:
- ¿Qué se me quiere?
- Anuncia en Palodes –contestó la voz- esta noticia: “El Gran Pan ha muerto”
Al llegar a su destino, el capitán Thamus avanzo en la proa de su barco,y dirigiéndose a la costa incierta, envuelta en sombras, gritó con voz tonante:
- ¡El Gran Pan ha muerto!
No había acabado de decirlo cuando se estremeció la tierra y el mar y se oyeron de todaspartes gritos, voces extrañas, lamentos y gemidos.
El capitán Thamus repitió:
- ¡El Gran Pan ha muerto!
Y volvieron los lamentos y las quejas.
¿Quién era ese Gran Pan cuya muerte se anunciaba? ¿Erasólo el dios de los pastores y de los rebaños? ¿Era Osiris? (…) ¿Era el Dios del Universo, el Gran Todo, el Éter Puro, la Sustancia única de los estoicos y de los órficos, o solamente un silvano, undemonio intermedio entre los hombres y entre los dioses?
Nadie lo sabía; pero el mundo tembló cuando la voz tonante del capitán anunció de nuevo la noticia:
- ¡El Gran Pan ha muerto!
¡El Gran Pan hamuerto! Sí; se acabó la alegría de la vida antigua, fuerte e inconsciente; se acabó la confianza en la naturaleza y en los instintos; se acabó la creencia en los mitos vitales; se acabó el corrercoronado de hiedra por los bosques.
¡El Gran Pan ha muerto!
Los hijos de Sem han vencido para siempre a los hombres de las demás razas; el desierto, a la selva y al bosque; el arenal, a la fuente...
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