El Dirigente Deportivo
Un buen Dirigente Deportivo
Por: Ramón Flores
Un dirigente deportivo debe ser un líder y ser líder no es fácil, ello representa una gran responsabilidad y un reto sin
igual, es una lucha ardua día tras día y lo más importante, ser líder es desear serlo.
Un dirigente deportivo tiene que ser creíble, los deportistas tienen que ver en él sus valores personales como: honestidad, coherencia, compromiso, competencia. El líder debe ser “proactivo” y no “reactivo”, pues los
deportistas, padres de familia y todos quienes lo rodean lo que necesitan es esperanza.
Un buen dirigente deportivo no debe pasarse en un despacho aislado, sino convivir con aliados y deportistas; este debe crear entre su comunidad identificación e implicación con el proceso de cambio, involucrando a toda la familia
deportiva en las causas, intenciones, programas y proyectos.
El dirigente debe tener una actitud de permanente aprendizaje, ser humilde y admitir que no se conoce todas las
respuestas y que por tanto se necesita el capital de experiencias y conocimientos de todos los implicados en
cualquier proyecto, tiene que desarrollar un modo de proceder que facilite la interacción y crear una atmósfera cálida y agradable, ya que este toma importantes decisiones que afectan directamente a las competencias
deportivas, interactúa básicamente con eventos complejos, tales como las actuaciones de los deportistas y
técnicos, situaciones financieras, resultados y objetivos preestablecidos; éstos a su vez son influidos por diversos
factores que integran el campo psicológico del dirigente deportivo. Es necesario que exprese y valore los logros de la familia deportiva, es fundamental que fomente la capacidad de
adaptación y convierta las amenazas en oportunidades.
Las máximas se aplican a todo dirigente deportivo,
Presidente, Vicepresidente, Tesorero, Secretario, Vocales
etc. etc.
Partiendo del modelo ideal del dirigente deportivo; es éste mismo quien debiera preguntarse:
¿soy un buen dirigente? ¿Cómo puedo mejorar en lo que hago?
y
¿Qué me hace falta para ser mejor?”
El dirigente no debe perder de vista la meta, tampoco refrenar su pensamiento ante cualquier obstáculo.
Finalmente, todo aquel que desee ser un buen dirigente deportivo nunca debe olvidar que el liderazgo sin la
dirección es imposible y la dirección sin liderazgo es irresponsable. Un buen dirigente es aquel que no toma decisiones propias sin la consulta y la aprobación de la mayoría de la
Comisión Directiva y no ofenderse ni tomar represalia si la mayoría opina lo contrario a él. El dirigente siempre tiene
que tener en cuenta que forma parte de un equipo de trabajo, por ende el equipo es quien decide.
El Dirigente Deportivo
El total conocimiento de las reglamentaciones deportivas en vigencia, un buen nivel de estudios cursados, una
excelente redacción propia, el dominio de algún idioma, el tener las necesarias nociones de relaciones públicas y
humanas, la posesión de suficientes bases contables y de los modernos sistemas informáticos son algunos de los
aspectos que hacen a la formación de un buen dirigente moderno. Un ser al que cada día abruman más las
responsabilidades de una sociedad agobiada por los problemas económicos que constituyen asimismo la principal
dificultad en el diario vivir de las instituciones.
Las leyes deportivas en vigencia, los Estatutos, los diversos reglamentos, las fechas de las competiciones, los
calendarios, disposiciones emanadas de las entidades rectores Internacionales, Nacionales y Provinciales deben
ser conocidas muy bien, para salvaguardar los intereses de la entidad a la que representa. De la lectura y el repaso
periódico de ellas se pueden extraer enseñanzas y también sabias ideas para perfeccionarlas. Su estudio y el
aporte de ideas innovadoras lo deben llevar a ser algo más qué un ...
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