El Discurso Del Paisaje
Páginas: 2 (300 palabras)
Publicado: 18 de diciembre de 2012
EL DISCURSO DEL PAISAJE
Los ojos en la parte frontal de nuestros cráneos nos permiten ver en la dirección en la que nos llevan nuestros mecanismos de traslación. Esto nos haríacreer que sólo experimentamos percepciones y conocimientos relacionados con nuestro destino (y viceversa); pero no es tan así, porque esa carcasa sólida puede rotar sobre su eje en todaslas direcciones, abarcando un campo visual próximo al absoluto. De ahí surge que podamos saber de dónde, por dónde y adónde, además de relacionar y diferenciar los fragmentos de contenidouniforme: lo sólido de lo blando, lo seco de lo mojado, lo oscuro de lo luminoso, lo quieto de lo móvil, lo crudo de lo cocido.
Sin embargo, a algunos les resulta indefinible elconjunto integrado por pequeñas construcciones blandas, denominado Villa 31, al lado de una geometría sólida y brillante conocida como La Ciudad.
A falta de una palabra que contenga dichapercepción y ante la imposibilidad de estructurar una oración descriptiva. Por ejemplo: la Villa 31 es parte de La Ciudad y viceversa.
Porque no hay ninguna transición que las separeformalmente, y porque ambas partes se generaron por expulsión o asimilación mutua.
Pero tenemos una incapacidad voluntaria, adquirida o conveniente, que no nos permite construirdiscursos significativos con la dialéctica del paisaje.
Es así que, ante la contundencia de cualquier paisaje heterogéneo, optamos por separar las partes y definir a cada una de ellasdesde la mirada de la otra: desde un lado es “la ciudad de los corruptos y explotadores” y desde el otro es “la villa de los haraganes y delincuentes”.
Pero a la distancia se percibeuna síntesis conceptual: La Ciudad emerge de la Villa 31: madre pobre, mestiza y soltera.
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Hugo Gil
De improbable nacionalidad, incierta religión y en una fecha imprecisa.
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Los ojos en la parte frontal de nuestros cráneos nos permiten ver en la dirección en la que nos llevan nuestros mecanismos de traslación. Esto nos haríacreer que sólo experimentamos percepciones y conocimientos relacionados con nuestro destino (y viceversa); pero no es tan así, porque esa carcasa sólida puede rotar sobre su eje en todaslas direcciones, abarcando un campo visual próximo al absoluto. De ahí surge que podamos saber de dónde, por dónde y adónde, además de relacionar y diferenciar los fragmentos de contenidouniforme: lo sólido de lo blando, lo seco de lo mojado, lo oscuro de lo luminoso, lo quieto de lo móvil, lo crudo de lo cocido.
Sin embargo, a algunos les resulta indefinible elconjunto integrado por pequeñas construcciones blandas, denominado Villa 31, al lado de una geometría sólida y brillante conocida como La Ciudad.
A falta de una palabra que contenga dichapercepción y ante la imposibilidad de estructurar una oración descriptiva. Por ejemplo: la Villa 31 es parte de La Ciudad y viceversa.
Porque no hay ninguna transición que las separeformalmente, y porque ambas partes se generaron por expulsión o asimilación mutua.
Pero tenemos una incapacidad voluntaria, adquirida o conveniente, que no nos permite construirdiscursos significativos con la dialéctica del paisaje.
Es así que, ante la contundencia de cualquier paisaje heterogéneo, optamos por separar las partes y definir a cada una de ellasdesde la mirada de la otra: desde un lado es “la ciudad de los corruptos y explotadores” y desde el otro es “la villa de los haraganes y delincuentes”.
Pero a la distancia se percibeuna síntesis conceptual: La Ciudad emerge de la Villa 31: madre pobre, mestiza y soltera.
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Hugo Gil
De improbable nacionalidad, incierta religión y en una fecha imprecisa.
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