El dolor de un adios

“EL RINCON DE OLIVIA”
“Sueño mis pinturas y luego
Pinto un sueño. Y cuando tengo
Necesidad de religión, salgo de noche
Para pintar las estrellas.”
Vicent Van Gogh.

Por: Olivia Lozoya Carrillo.
Me propongo a escribir el libro de mis sueños. Al igual que todos ustedes mis queridos lectores, tendré un nuevo comienzo. Pero saben? En ocasiones es tan difícil decirle adiós a todas esasataduras sentimentales del pasado; donde el presente se entreteje con lo dejado atrás y no pueden estar separados. Sus pastas decoradas como siempre desee fuera “la Casitas de mis Sueños”, esta pintada de magníficos colores, tan parecidos a ese deslumbrante arcoíris, que cuando lo admiro en el firmamento encuentro el rostro de mis amigos, familiares, y, de cada ser especial que se cruzo en micamino en las diferentes etapas de mi vida, los que disfrutaron y compartieron a mi lado, mis triunfos, mis derrotas, siempre brindándome otra oportunidad. Gracias “Don MATEO NAVEJAS”, por creer en mí, por su solidaridad, y, por convencerme que los sueños se convierten en realidad cuando existe alguien que confía en nosotros. De usted aprendí que las mejores lecciones de la vida son las que seaprenden observando a las personas que nos rodean. A este mi hogar de pastas, le he colocado, un jardín con flores en diferentes tonalidades, ya lilas, rosas, amarillas, blancas, y en el centro de sus corolas están los rostros de mis hijos: Virgilio, Carlos Santiago, Sergio, Lupita y Perla, en sus ventanas por donde se asoman los amorosos rayos del sol, mirando hacia ese presente que llegavigoroso y lleno de vitalidad, las caritas de mis nietos, con sus rostros sonrientes, apretando, aferrándose con sus manitas con ímpetu a esta vida que recién florece para ellos; Cecilia, Emiliano, Natalie y Roberta; las rejas que protegen a las ventanas son un símbolo de las vicisitudes que llegaran a cada instante de su vida, estas son blancas, como una señal, de que la vida nunca será gris, nimediocre, porque con fe y entusiasmo siempre se podrá salir adelante; sus cortinas son tan tenues para que dentro nunca falte la luz de Dios, la que nunca dejara de iluminar su camino. Hay enormes arboles donde revolotean las aves y cantan felices, como recordatorio de nuestras raíces, y, que se nos dieron alas para remontar el vuelo. En ese pasto hermoso que rodea mi nidito, he colocado a unaviejecita, que se entretiene leyendo sus noticias por medio del periódico y para hacerlo se da habilidad con la ayuda de una lupa, la viejecita es mi inolvidable mama; la que me amo y me protegió hasta el día en que me dijo adiós. A su lado, muy, muy cerquita de ella, se encuentra Max, ese hermoso animalito que cuando falleció mi madre duro 15 días sin probar alimento, al que tuve que regalar a Susy misobrina, cuando me vine a vivir a los Estados Unidos, y el que después de 2 anos que regrese a mi Saltillo, a todos les brinco, froto con su cuerpo peludo a mi pequeña Nicole, la olfateo, se alegro y movió la cola, y, a mí, su antigua dueña, me ignoro con el látigo de su indiferencia; recordé que cuando niña, miraba a mi hermano sentado en los escalones de la entrada de la casa de mi TíaLupe, mientras mamá planchaba, y, mi hermana se embellecía, nunca se daba cuenta de nada. El siempre viendo de que diablura era capaz, enfrente vivía Doña panchita, una viejecita que tenía en su casa una tiendita, y vendía sodas, dulces y legumbres en pequeño, en aquel tiempo los pedidos los entregaban en un carretón tirado por un caballo muy joven, Don Juan se llamaba el Señor, y tan pronto estecruzaba la puerta mi hermano le picaba al caballo, y este corría hasta la siguiente calle, Don Juan muy enojado le daba la queja a mi mama, y ella se ponía la máscara de la vergüenza y empezaba la Zapateada .. ja.. ja..ja….
El tiempo paso, y aquel caballo joven, se hizo mayor, y, decía mi hermano fíjate que Don Juan cuando termina su trabajo se va a la siguiente cuadra (que era el monte) y...