El Dopaje
El atleta dopado no es un criminal, pero sí un usurpador, un jugador de ventaja que se apropia de triunfos, logros y premios en competición desigual con susadversarios. Equivale a un lanzador cuyo artefacto pesara menos. O a un saltador que pisara la tabla impunemente. Y no me vale la peregrina ocurrencia, muy extendida, de que 'todos los atletas se dopan,así que todos están igual', porque eso no es cierto; y porque con sólo un competidor, uno solo que no se dopara, ya se estaría cometiendo una terrible injusticia. La victoria es el pan de la familiadel atleta dopado, pero también el pan de la familia del atleta no dopado. Y ninguna institución puede permanecer de brazos cruzados ante el fraude. Por no mencionar que si nuestros hijos toman elcamino del deporte profesional, nadie puede obligarles a doparse por decreto ley, 'porque los demás hacen lo mismo y no les pillan'.
Esta es la teoría. En la práctica, el dopaje trabaja en las zonasgrises del reglamento. Con un pie fuera y otro dentro de la imaginaria frontera entre la ley y el engaño. Con tecnicismos jurídicos y beneficios de la duda que exculpan a los infractores. Con lacerteza científica de que un atleta sucio puede aparentar limpieza. Con explicaciones rocambolescas. Que si el té brasileño, que si la pasta de dientes, que si los filetes; que si tal método no se homologahasta dentro de 15 días; que si aún no hay análisis para detectar la sustancia equis o la hormona zeta; que si tal compuesto está en la lista prohibida del COI, pero no de la AMA o WADA. Excusas de...
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