El Duelo

El duelo
Han pasado nueve meses desde que sus padres, Werner Luchsinger y Vivian Mackay, murieran producto de un atentado terrorista en Vilcún. A la espera de que se inicie el juicio, Karin, la única mujer de los cuatro hijos del matrimonio, rompe el silencio en esta entrevista exclusiva. “Siento muchas cosas, pero no odio” dice.
Después de que sus padres perecieran asesinados en su casa,Karin Luchsinger Mackay (47) se impuso la obligación de sobreponerse. No solo ha tenido que procesar una pérdida demoledora sino, además, hacerlo bajo el foco del interés público, algo “abrumador” para una familia de campo, marcada por la austeridad y, básicamente, “quitada de bulla”, como ella dice.
Casada y madre de dos adolescentes, de apariencia frágil,  Karin habla con voz firme y mirando alos ojos, pero midiendo cada palabra.  Confiesa que siempre ha sido bastante reservada, pero ahora parece haber levantado un muro para sobrevivir. Contar lo vivido es parte del proceso de sobrellevar el asesinato de sus padres, pero solo accede a responder preguntas por escrito, “porque mis sentimientos aún están a flor de piel”.
Las uñas cortísimas y la ausencia de sonrisas delatan la huella quehan dejado estos nueve meses, desde que en la madrugada del 4 de enero pasado una llamada a su casa en Santiago la sacó bruscamente del sueño. “Desperté a mi marido y entre sollozos le dije que habían quemado la casa de mis padres. No sabía qué hacer: estaba a más de 600 kilómetros de distancia. Imaginé a mi mamá y papá en estado de shock”, recuerda. Más tarde habló con su hermano menor quien leinformó que sus padres no aparecían, que estaban recorriendo los alrededores buscándolos. Decidió partir a Temuco en el primer vuelo y en el aeropuerto, revisando twitter, “me enteré que habían encontrado un cuerpo calcinado”. Finalmente, viajó con su familia “ya no para colaborar en la búsqueda, sino para asistir al funeral”.
“Sobreponerme es una obligación que me impuse. Mi manera de honrar lamemoria de mis padres es teniendo la fortaleza para enfrenatr no solo su violenta partida, sino también todas las implicancias judiciales por venir”.
La investigación de la Fiscalía de Temuco determinó que un grupo de encapuchados irrumpió en la casa de Vivian Mackay (69) y Werner Luchsinger (75), que se produjo un tiroteo y que la vivienda fue incendiada, con ambos en su interior. Esa nocheCarabineros detuvo en los alrededores al machi Celestino Córdova (26), quien dijo que la acción se enmarcó en la reivindicación de tierras. El fiscal que investigó el caso lo acusó de cometer un delito terrorista y solicitó presidio perpetuo calificado, la pena más alta que existe en Chile.
A la espera de que se inicie el juicio, Karin dice que por la gravedad de los hechos no espera menos que unasentencia condenatoria de presidio perpetuo.
¿Cómo ha lidiado en estos meses con esta pérdida?Al principio fue como un sueño. Convencerme que los asesinaron me costó mucho. Comencé a dedicar tiempo a revisar los diarios e internet como parte de mi proceso de aceptación. Fueron especialmente duras fechas como el cumple- años de mi mamá, que este año cumplía 70 años: lo hubiéramos celebrado con unagran reunión familiar, como se hace en el sur. También en julio habríamos celebrado sus bodas de oro con mucho orgullo. Sobreponerme es una obligación que me impuse. Pienso que su muerte no fue en vano. Gracias a ellos hay un imputado que la Fiscalía ha relacionado también con otro caso y, espero también, antecedentes de otros involucrados. Ellos murieron como consecuencia del ataque de un grupoarmado: mi papá disparando para defenderse, mi mamá con la entereza para _llamar a Carabineros y relatar lo que pasaba. Mi manera de honrar su memoria es teniendo la fortaleza para sobreponerme, para enfrentar no solo su violenta _partida, sino también todas las implicancias judiciales por venir.
¿Qué sentimientos tiene hacia los autores del atentado?Siento muchas cosas, pero no odio. El odio...