El economista camuflado
Páginas: 3 (647 palabras)
Publicado: 8 de enero de 2015
CAPITULO 12: Economía de la felicidad
Los políticos creen equivocadamente, que el crecimiento económico hace más feliz a un país, sin embargo, existe una herejía quedice: “una vez que un país tiene la despensa llena, carece de sentido seguir enriqueciéndose”.
Andrew Oswald reflexiona sobre la felicidad de un país. Muchos países ya recogen datos oficiales sobrela felicidad que en la mayoría de casos están relacionados con la actividad económica de ese mismo país y en buena parte de los países que no recopilan estos datos sí lo hace una empresa privada deencuestas, Gallup.
Muchos presidentes de grandes países buscan mejorar el bienestar y la felicidad de sus ciudadanos como por ejemplo: Nicolás Sarkozy, David Cameron o Barack Obama.
Existen 3 manerasde medir el bienestar de un país. La primera es acudir a la contabilidad nacional y efectuar los ajustes necesarios para que refleje el coste del desgaste de los recursos, del trabajo no asalariado,etc.
La segunda manera es echar varios datos revelantes en el mismo saco, desde la esperanza de vida hasta el índice de asesinatos, la desigualdad salarial o la frecuencia de las depresiones.
Latercera manera es salir a la calle y preguntar a la gente cómo está.
El economista Angus Deaton ha observado que en los momentos más duros de crisis, entre 2008-2010 la felicidad de las personas estuvoestrechamente vinculada a la evolución de la bolsa. Él ha llegado a la conclusión de que la gente se entera de los índices bursátiles por la mañana, al oír las noticias, y esto influye en su estado deánimo durante todo el día.
Richard Easterlin averiguó algo bastante sutil y más desconcertante. Descubrió que la felicidad se compra, y mucho, con dinero, pero siempre dentro del contexto de unasociedad determinada y también depende de lo que se entienda por felicidad. Los ricos tienden a ser más felices que los pobres, pero hay muchos factores que influyen en esto como (divorcios, paro,...
Los políticos creen equivocadamente, que el crecimiento económico hace más feliz a un país, sin embargo, existe una herejía quedice: “una vez que un país tiene la despensa llena, carece de sentido seguir enriqueciéndose”.
Andrew Oswald reflexiona sobre la felicidad de un país. Muchos países ya recogen datos oficiales sobrela felicidad que en la mayoría de casos están relacionados con la actividad económica de ese mismo país y en buena parte de los países que no recopilan estos datos sí lo hace una empresa privada deencuestas, Gallup.
Muchos presidentes de grandes países buscan mejorar el bienestar y la felicidad de sus ciudadanos como por ejemplo: Nicolás Sarkozy, David Cameron o Barack Obama.
Existen 3 manerasde medir el bienestar de un país. La primera es acudir a la contabilidad nacional y efectuar los ajustes necesarios para que refleje el coste del desgaste de los recursos, del trabajo no asalariado,etc.
La segunda manera es echar varios datos revelantes en el mismo saco, desde la esperanza de vida hasta el índice de asesinatos, la desigualdad salarial o la frecuencia de las depresiones.
Latercera manera es salir a la calle y preguntar a la gente cómo está.
El economista Angus Deaton ha observado que en los momentos más duros de crisis, entre 2008-2010 la felicidad de las personas estuvoestrechamente vinculada a la evolución de la bolsa. Él ha llegado a la conclusión de que la gente se entera de los índices bursátiles por la mañana, al oír las noticias, y esto influye en su estado deánimo durante todo el día.
Richard Easterlin averiguó algo bastante sutil y más desconcertante. Descubrió que la felicidad se compra, y mucho, con dinero, pero siempre dentro del contexto de unasociedad determinada y también depende de lo que se entienda por felicidad. Los ricos tienden a ser más felices que los pobres, pero hay muchos factores que influyen en esto como (divorcios, paro,...
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