El Efecto Lacan
INTERSUBJETIVIDAD Y CLINICA
Editorial Paidós (2010, tercera edición)
2: LACAN : UN PRECURSOR AMBIVALENTE DE LA INTERSUBJETIVIDAD*
Este capítulo trata de la obra de Lacan y de mis encuentros y desencuentros con ella pero no pretende dar una visión panorámica de esa obra, intensa y extensa. Tampoco lo considero unrápido pantallazo, pues la relación –encuentros y desencuentros- fue también extensa e intensa.
Con todos los autores muertos, mi pregunta es la misma: ¿qué nos dejaron? ¿Cuál es la herencia? Como se trata de un duelo es probable que incurra en las monsergas habituales sobre la buena o mala tramitación del duelo.
Un psicoanalista es una trayectoria. Y desde mi trayectoria escribo hoy estarendición de cuentas (compte-rendu, dicen los franceses, que tanto me han influido). Por el momento, hablaré de mi eterna condición de aprendiz, de alguien que no termina nunca su autoanálisis o de quien va descubriendo cuán difícil es trasladar a la escritura las herramientas de la clínica.
¿No fue Lacan el que dijo que el analista debía ser destituido de su supuesto saber? Claro, después deque ese saber hubo sido instituido. Empecé a leer Lacan en 1970, hace más de 30 años. Pero también leía a otros psicoanalistas, la mayoría franceses. Algunos habían dejado a Lacan y vuelto a Freud, en medio de las que no dejaban de ser tormentas pasionales. Algunos, no todos. habían vuelto a Freud no para restaurar lo viejo sino para seguir explorando, para seguir leyendo filosofía pero ya menosfascinados, aferrados como Ulises al mástil de la clínica. Esos psicoanalistas no recuperaban el “Freud-cronológico” ni las “fases de la libido”. Recuperaban la historia al asumir lo corporal, el conflicto, la realidad, el narcisismo y los ideales.
“Tiempo de comprender y momento de concluir”, había dicho Lacan en “El tiempo lógico y el aserto de certidumbre anticipada”. Hubiera comprendido ono, un día, ya hace
mucho, llegó para mí el momento de concluir. Adelanto el resultado de un balance, el mío, con palabras de Pontalis: a una época donde no se podía no ser lacaniano, le sucedió otra en que no se pudo seguir siéndolo.
EL “EFECTO LACAN”
Lacan fue muchas cosas. El polemista que enfrentó a otras corrientes psicoanalíticas y las obligó a renovarse. El fecundo lector deFreud, después del cual nada fue como antes. El autor de otro psicoanálisis, alejado del freudiano. Y algo dije ya, de su obra en libros y artículos escritos en la década del 80. Para comentarios concernientes a la obra de Lacan remito a esos escritos[1]. En este capítulo solo abordaré la crítica al imaginario lacaniano puesto que lo que considero un obstáculo a una teoría no solipsista de laintersubjetividad.
Y ahora quiero distinguir, cándidamente, entre el oro y lo que reluce, entre la “penumbra de asociaciones”, propia de una obra intensa, y las “asociaciones penumbrosas”, propias de la fascinación. En 1987 escribí: “No sin Lacan”, ni por Lacan, ni contra Lacan, sino con Lacan, trabajando sus conceptos, sosteniendo con él ese debate que -sobre todo en sus primeras épocas- él supomantener con Freud. Hoy agregaría: “Con Lacan y sin Lacan” no se puede prescindir de Lacan y tampoco se puede reemplazar a Freud con Lacan.
*Conferencia pronunciada en la Pontificia Universidade Católica de San Pablo (PUC/SP) el 7 de junio de 2002.
Hubo en el gran autor francés el proyecto de levantar un nuevo edificio. Y eficazmente demolió, pasó la topadora. La ferocidad, la ironía, elansia de prestigio ya son meras anécdotas. En verdad, el psicoanálisis de “la troika”[2] estaba muy inclinado a la medicalización y a la adaptación. En verdad, Melanie Klein, como teórica, descuidaba el registro simbólico. La escuela inglesa tenía algo de asistencial, al dirigir el proceso analítico a una compensación de faltas básicas. Lacan despejó el terreno para construir su propia...
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