El ello, yo, súper yo.
Seguramente, estos conceptos te serán familiares, dada su tremenda popularidad. En la teoría psicoanalítica se conoce esta formulacióncomo segunda tópica, siendo la primera la que ya hemos visto configurada por los sistemas inconsciente/preconsciente/consciente. La primera y la segunda tópica no son incompatibles entre sí, comoenseguida aclararemos. Entre ambas se obtiene una visión bastante notable de cómo se articula la personalidad de cada cual. La idea central es la de que todos nosotros poseemos un Ello, un Yo y unSuperyó. Estos tres sistemas establecen ciertos enlaces entre sí y nos permiten relacionarnos con el entorno en el que vivimos.
Ahora bien, si todos estamos formados con la misma estructura de personalidad,¿por qué motivos somos tan diferentes los unos de los otros? La respuesta a esta pregunta implica de nuevo diferenciar entre estructura y contenido, tal como ya hemos hecho al explicar el inconsciente.Utilizando un símil anatómico, podríamos decir que la estructura viene a ser como la musculatura. Todos los seres humanos orgánicamente sanos disponemos de la misma. Otra cosa es, no obstante, lascualidades de los músculos de cada cual, su grado de flexibilidad, su masa, el entrenamiento especifico, los usos más habituales, su historial de traumatismos, etcétera. Estas cualidades vendrían arepresentar el contenido de dicha estructura. Por lo tanto, y aunque todos tenemos la misma estructura de personalidad, las diferencias entre personas se explican por el contenido –o, mejor dicho, lacualidad de su contenido– de lo que cada cual posee en cada una de estas instancias.
Probablemente, no te descubriré nada nuevo si te avanzo que, desde la óptica de un psicoanalista, el contenido de laestructura de la personalidad tiene mucho que ver con las vivencias de los primeros años de la vida. Pero éstas las revisaremos en el capítulo siguiente, porque aún nos queda mucha tarea como...
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