El Emperador De Kapuscinski: La Invención De Un Estilo
Páginas: 15 (3546 palabras)
Publicado: 8 de mayo de 2012
Agnieszka Flisek
El emperador de Ryszard Kapuscinski: La invención de un estilo
“Toda dictadura es anacrónica”
Alejo Carpentier
En 1975 Ryszard Kapuscinski viajó a Addis Abeba como corresponsal de la Agencia Polaca de Prensa (PAP) para informar sobre las consecuencias de ese paulatino golpe de Estado que dio el coronel Mengistu Haile Mariam y otros oficiales delejército, derrocando al anciano emperador Haile Selassie. Con el material reunido en Etiopía Kapuscinski iba a escribir su siguiente ciclo de reportajes. El problema es que no quiso que ése fuera un reportaje más sobre un golpe militar más.
En una entrevista concedida en 1987 a Marek Miller[1], Kapuscinski, refiriéndose a la génesis de El emperador, subraya que todos los golpes militaresparecen llevarse a cabo según el mismo guión: uno llega al aeropuerto, pasa por innumerables controles, ve tanques y barricadas en las calles, luego tiene que presentarse ante las autoridades militares, llevar el material a la censura. Al estar en Etiopía Kapuscinski tuvo una fuerte sensación de ese déja vu reporteril: ¿cuántas veces había visto el mismo espectáculo bélico, las mismas esperanzasdepositadas en la revolución, las inevitables desilusiones? Esta crisis ideológica provocada por la reiterada observación de las derrotas revolucionarias, desemboca en una crisis creativa: Kapuscinski no tenía ninguna gana de repetirse, se volcó entonces a la búsqueda de un nuevo estilo, una nueva manera de escribir. Lo que podemos escuchar a continuación en la mencionada entrevista es la confesión delos tormentos del escritor acosado por el clásico síndrome de la página en blanco, hasta que, al estar ya al borde de la depresión, felizmente encuentra el comienzo del libro: se acuerda de una foto en la que Haile Sellasie aparece con un perrito sentado en sus rodillas. Este perrito de raza japonesa, Lulú –como la magdalena de Proust o sus papeles japoneses que, sumergidos en el agua, adquierenforma, cobran color, convirtiéndose en hermosísimas flores- es el inicio de un auténtico movimiento narrativo, es ese detalle que sirve de punto de arranque, que hace que el reportaje eche a andar.
Sin embargo, El emperador no es un simple reportaje donde el autor se encarga de ordenar los hechos siguiendo la lógica causal, de proyectarlos sobre un panorama histórico, político y social másamplio, de exponer finalmente su propia visión de lo acontecido. Este reportaje recuerda más bien un poema escrito para un coro de voces, una lamentación por la monarquía caída. ¿Quiénes forman el coro? Son los cortesanos cuya vida estaba estrechamente relacionada con la monarquía, para quienes el derrumbe de aquella fue una catástrofe personal. El autor interviene pocas veces, añade alguna queotra información, algunos apellidos sin los que la historia no sería comprensible, y, sobre todo, recrea las circunstancias en las que recogía sus informes, haciéndose partícipe del miedo general que reinaba en la ciudad después de la revolución. No obstante, son los informadores los principales y verdaderos protagonistas del libro. Podría decirse incluso que el retrato colectivo de los hablantes,que, paradójicamente, no son más que voces desprovistas de su envoltura corporal, cuyas únicas señas de identidad son las siglas correspondientes a sus nombres, este retrato colectivo resulta aun más nítido y más plástico que el retrato del emperador tejido por todas esas voces (cf. Szpakowska 1979: 107).
De hecho, el emperador, aunque los cortesanos no se cansan de llamarlo “InigualableSeñor” o “El Más Extraordinario Señor”, se servía de trucos conocidos y empleados desde que el mundo es mundo por todos los tiranos: con una voz casi inaudible dictaba leyes vagas; en los súbditos más apreciaba la lealtad que la inteligencia, rodeándose, por tanto, de seres mediocres pero fieles como perros; toleraba la corrupción y el desfalco; exigía cuentas detalladísimas en medio del general...
El emperador de Ryszard Kapuscinski: La invención de un estilo
“Toda dictadura es anacrónica”
Alejo Carpentier
En 1975 Ryszard Kapuscinski viajó a Addis Abeba como corresponsal de la Agencia Polaca de Prensa (PAP) para informar sobre las consecuencias de ese paulatino golpe de Estado que dio el coronel Mengistu Haile Mariam y otros oficiales delejército, derrocando al anciano emperador Haile Selassie. Con el material reunido en Etiopía Kapuscinski iba a escribir su siguiente ciclo de reportajes. El problema es que no quiso que ése fuera un reportaje más sobre un golpe militar más.
En una entrevista concedida en 1987 a Marek Miller[1], Kapuscinski, refiriéndose a la génesis de El emperador, subraya que todos los golpes militaresparecen llevarse a cabo según el mismo guión: uno llega al aeropuerto, pasa por innumerables controles, ve tanques y barricadas en las calles, luego tiene que presentarse ante las autoridades militares, llevar el material a la censura. Al estar en Etiopía Kapuscinski tuvo una fuerte sensación de ese déja vu reporteril: ¿cuántas veces había visto el mismo espectáculo bélico, las mismas esperanzasdepositadas en la revolución, las inevitables desilusiones? Esta crisis ideológica provocada por la reiterada observación de las derrotas revolucionarias, desemboca en una crisis creativa: Kapuscinski no tenía ninguna gana de repetirse, se volcó entonces a la búsqueda de un nuevo estilo, una nueva manera de escribir. Lo que podemos escuchar a continuación en la mencionada entrevista es la confesión delos tormentos del escritor acosado por el clásico síndrome de la página en blanco, hasta que, al estar ya al borde de la depresión, felizmente encuentra el comienzo del libro: se acuerda de una foto en la que Haile Sellasie aparece con un perrito sentado en sus rodillas. Este perrito de raza japonesa, Lulú –como la magdalena de Proust o sus papeles japoneses que, sumergidos en el agua, adquierenforma, cobran color, convirtiéndose en hermosísimas flores- es el inicio de un auténtico movimiento narrativo, es ese detalle que sirve de punto de arranque, que hace que el reportaje eche a andar.
Sin embargo, El emperador no es un simple reportaje donde el autor se encarga de ordenar los hechos siguiendo la lógica causal, de proyectarlos sobre un panorama histórico, político y social másamplio, de exponer finalmente su propia visión de lo acontecido. Este reportaje recuerda más bien un poema escrito para un coro de voces, una lamentación por la monarquía caída. ¿Quiénes forman el coro? Son los cortesanos cuya vida estaba estrechamente relacionada con la monarquía, para quienes el derrumbe de aquella fue una catástrofe personal. El autor interviene pocas veces, añade alguna queotra información, algunos apellidos sin los que la historia no sería comprensible, y, sobre todo, recrea las circunstancias en las que recogía sus informes, haciéndose partícipe del miedo general que reinaba en la ciudad después de la revolución. No obstante, son los informadores los principales y verdaderos protagonistas del libro. Podría decirse incluso que el retrato colectivo de los hablantes,que, paradójicamente, no son más que voces desprovistas de su envoltura corporal, cuyas únicas señas de identidad son las siglas correspondientes a sus nombres, este retrato colectivo resulta aun más nítido y más plástico que el retrato del emperador tejido por todas esas voces (cf. Szpakowska 1979: 107).
De hecho, el emperador, aunque los cortesanos no se cansan de llamarlo “InigualableSeñor” o “El Más Extraordinario Señor”, se servía de trucos conocidos y empleados desde que el mundo es mundo por todos los tiranos: con una voz casi inaudible dictaba leyes vagas; en los súbditos más apreciaba la lealtad que la inteligencia, rodeándose, por tanto, de seres mediocres pero fieles como perros; toleraba la corrupción y el desfalco; exigía cuentas detalladísimas en medio del general...
Leer documento completo
Regístrate para leer el documento completo.