El Ensayo En El Siglo XIX
El ensayo en Venezuela, tiene su origen a finales del siglo XIX; donde los escritores de ensayos en esta época se inspiraban a escribir en relación a la identidad nacional. El objetivo de sus escritos era construir las bases para fundar una nación recién independizada. Cuando sale a la luz el modernismo, los ensayos se amplían y empiezan a ser más estéticos yliterarios.
El ensayo en el Siglo XIX y principios del XX
Diversos autores coinciden en señalar que el origen del ensayo venezolano se remonta a los años finales del Siglo XIX. En este período los ensayistas se dedicaron a reflexionar en torno a la identidad nacional. El objetivo principal de sus escritos fue el de elaborar las bases ideológicas para fundar la nación recién independizada. En el modernismoesta temática se amplía al incluir lo estético y lo literario.
Vanguardia, modernidad y posmodernidad
El ensayo de vanguardia surge con las generaciones del 18 y 28, especialmente con la producción de Julio Planchart, Enrique Bernardo Núñez, Mario Briceño Iragorry y Mariano Picón Salas, quienes abordaron en sus páginas los problemas sociohistóricos y culturales venezolanos.
A partir de los añossesenta los ensayistas se ven influenciados por el pensamiento teórico posmoderno. Tras el cuestionamiento de las grandes ideologías de la modernidad, los ensayistas toman un tono más escéptico, emparentado con los planteamientos filosóficos mundiales de finales del Siglo XX. Los ensayistas de la posmodernidad abordan temas como la globalización, los medios de comunicación masiva, la relatividad dela noción de verdad. Se instaura en el género la duda y lo inacabado del planteamiento de las ideas como marcas fundamentales de la época. Luis Britto García, Víctor Bravo, Elisa Lerner, Guillermo Sucre, Rafael Castillo Zapata, entre otros, han producido ensayos de gran valor filosófico, estético y social.
Mensaje sin destino
Mario Briceño-Iragorry es una de las voces más importante de laensayística venezolana. Tejió con magistral pulso una obra monumental que podemos registrar como uno de los cuerpos éticos más solventes de la cultura nacional del siglo pasado. Más allá de algunos episodios de su vida personal, cuya interpretación pueda dar para cualquier tipo de opinión, nada quita a la soberbia importancia de su obra al proceso de las ideas de una Venezuela que intentabasobrevivir, con muy poca suerte, hay que decirlo, a la figura terrible y muchas veces brutal del caudillo criollo que pasó violentamente de formar parte del universo militar hasta ubicarse, con todo y sus tentáculos personalistas, en la vida política y civil del país.
Resumen
“Pueblo que no aspira a perpetuar sus signos a través de las generaciones futuras es pueblo todavía sin densidad histórica ocolectividad ya en decadencia…”
Parte I
Mario Briceño Iragorry (MBI) comienza su ensayo sobre la base de la siguiente premisa: En Venezuela hay una crisis de pueblo. Pero cuando habla de pueblo, lo hace en función histórica. “…Y justamente no somos pueblo en estricta categoría política, por cuanto carecemos del común denominador histórico que nos dé densidad y continuidad de contenido espiritual delmismo modo que poseemos continuidad unidad de contenido en el orden de la horizontalidad geográfica” sentencia MBI. Para el autor, hemos asumido una historia litúrgica y fantástica; aquella historia de las proezas militares de nuestros libertadores; de las montoneras del siglo XIX; en fin, nuestra historia bélica “... con cuyo rígido esplendor se ha creído compensar nuestras carencias sociales depueblo…”. Y justamente, la historia de nuestro país no es únicamente la historia bélica, ni tampoco montoneras de caudillos que tienen el nombre “revoluciones” (Ramon Guillermo Aveledo -citando a Antonio Arraiz- documenta que entre 1830 y 1903 hubo 39 “revoluciones” en el país y 127 alzamientos): existe una historia civil; existe una historia de valores, costumbres, tradiciones, cultura.
En...
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