el ensayo
El mar de los monstruos
Percy Jackson y los dioses del Olimpo
A Patrick John Riordan,
el mejor narrador de historias de la familia.
Capítulo 1
Mi mejor amigo se prueba un vestido de novia
Mi pesadilla empezaba así:
Estaba en una calle desierta de un pueblecito de la costa, en mitad de la noche, y se había desatado un
temporal. El viento y la lluvia azotaban laspalmeras de la acera. Una serie de edificios rosa y amarillo,
con las ventanas protegidas con tablones, se alineaban a lo largo de la calle. A sólo una manzana, más
allá de un seto de hibisco, el océano se agitaba con estruendo.
«Florida», pensé, aunque no estaba muy seguro de cómo lo sabía. Nunca había estado en Florida.
Luego oí un golpeteo de pezuñas sobre el pavimento. Me di la vuelta y vi a miamigo Grover corriendo
para salvar el pellejo.
Sí, he dicho «pezuñas».
Grover es un sátiro. De cintura para arriba, parece el típico adolescente desgarbado con una pelusilla de
chivo y un serio problema de acné. Camina con una extraña cojera, pero nunca adivinarías que hay algo
en él que no es humano, a menos que lo sorprendieras sin pantalones (cosa que no te recomiendo).
Unos tejanosholgados y unos zapatos con relleno disimulan el hecho de que tiene pezuñas y unos
peludos cuartos traseros.
Grover había sido mi mejor amigo en sexto curso y había participado conmigo y una chica llamada
Annabeth en nuestra aventura para salvar el mundo. Pero no lo había visto desde el mes de julio,
cuando emprendió solo una peligrosa búsqueda de la que ningún sátiro había regresado vivo.
Elcaso es que, en mi sueño, Grover venía huyendo con la cola entre las patas y los zapatos en las
manos, como hace siempre que necesita moverse deprisa. Pasó al galope frente a las tiendas para
turistas y los locales de alquiler de tablas de surf, mientras el viento doblaba las palmeras casi hasta el
suelo.
Grover estaba aterrorizado por algo que había dejado atrás. Debía de venir de la playa,porque tenía el
pelaje cubierto de arena húmeda. Había conseguido escapar y ahora trataba de alejarse de algo.
Un rugido estremecedor resonó por encima del fragor de la tormenta. Detrás de Grover, en el otro
extremo de la manzana, surgió una figura indefinida que aplastó una farola, que acabó estallando en
una lluvia de chispas.
Grover dio un traspié y gimió de puro terror mientras murmuraba:«Tengo que escapar. ¡Tengo que
avisarles!»
Yo no lograba distinguir quién o qué lo perseguía, pero oía a aquella cosa refunfuñar y soltar
maldiciones. El suelo temblaba a medida que se aproximaba. Grover dobló a toda prisa una esquina y
titubeó; se había metido en un patio sin salida, lleno de tiendas, y ya no tenía tiempo de retroceder. La
puerta más cercana se había abierto con los embates deltemporal. El letrero que coronaba el
escaparate, ahora sumido en la oscuridad, ponía: «VESTIDOS DE NOVIA ST. AUGUSTINE.»
Grover entró corriendo y se ocultó tras un perchero repleto de vestidos de novia.
La sombra del monstruo pasó por delante de la tienda. Yo incluso podía olerlo. Era una combinación
repugnante de lana mojada y carne podrida, con ese agrio olor corporal que sólo los monstruosson
capaces de despedir; algo así como una mofeta que sólo se alimentara de comida mexicana.
Grover temblaba tras los vestidos de novia y la sombra pasó de largo.
Ya no se oía más que la lluvia. Grover respiró hondo. Quizá aquella cosa se había ido.
Entonces centelleó un relámpago y explotó la fachada entera de la tienda, mientras una voz monstruosa
bramaba: «¡¡¡Mííííía!!!»
***
Me senté enla cama de golpe, tiritando.
No había tormenta ni ningún monstruo. La luz de la mañana se colaba por la ventana de mi dormitorio.
Me pareció atisbar una sombra a través del cristal: una forma humana. Enseguida oí que golpeaban mi
puerta y a mi madre llamándome:
—Percy, vas a llegar tarde.
—La sombra de la ventana desapareció.
Tenía que ser mi imaginación. Era la ventana de un quinto...
Regístrate para leer el documento completo.