El Entierro Del Alma En La Civilización Tecnológica
El presente artículo es un intento de explorar la difícil y polémica conexión entre el cristianismo y la tecnología o la ciencia técnica. Quisiera plantear el tono de lo que sigue refiriéndome a dos autores norteamericanos que han tratado con este asunto. El historiador de la cultura LynnWhite Jr., señalando al hábito de llamar a nuestro tiempo la era "post-cristiana", advierte que la sustancia de nuestro pensamiento, dominado aún por una fe implícita en el progreso perpetuo, "está arraigada y es inseparable de la teleología judeo-cristiana". En otro pasaje que nos acerca aún más a la tesis principal de este artículo, White afirma que "la ciencia moderna es una extrapolación dela teología natural y ... la tecnología al menos parcialmente.... es una realización voluntarista occidental del dogma cristiano de la trascendencia del hombre respecto a la naturaleza y de su justo dominio sobre ella" (1). En vistas de esto, no debiéramos dudar en proponer (y el resto de nuestra discusión se propone tratar esto) que, a pesar de las apariencias, vivimos en una era que lejos de seranti o post cristiana, es eminentemente y singularmente cristiana.
En vena semejante Theodore Roszak, el rapsoda de la contracultura, mantiene que el cristianismo había preparado el fundamento psíquico para la revolución científica durante la era de Galileo, Kepler y Newton. Pues esta revolución no fue tanto una revuelta contra la psicología religiosa cristiana como un rechazo de la pagana visióndel mundo aristotélica que veía la naturaleza como viviente, llena de dioses y demonios nunca demasiado lejos de la superficie de las cosas.
Fue el advenimiento del cristianismo lo que efectuó la importante transición del mito a la historia. Sólo el cristianismo podría pretender que la Palabra (Logos) se hizo carne en nuestra personalidad humana en un tiempo, en un lugar. Cristo, a diferencia delos dioses mitopoéticos de la antigüedad era real, porque era histórico. Por primera vez en el curso de los asuntos humanos las palabras "historia" y "realidad" se volvieron idénticas. Aquí es, según Roszak, donde tenemos que buscar el origen de esa "sensibilidad fanáticamente secular" que más tarde resultaría en lo que William Blake llamó "el espíritu del mal (léase: sombra) en las cosas delcielo" -la bomba física, los campos de concentración y todas las otras pesadillas frankensteinianas de la ciencia y la tecnología.(2)
Me volveré ahora a Wolfgang Giegerich -un psicólogo (arquetipal) neo-junguiano que, en mi opinión, es el primero que ha seguido nuestro tema de una manera totalmente convincente, radicalmente nueva e implacable. Giegerich habla como psicólogo profundo y psicoterapeutay no como teólogo, aún cuando este tipo de discurso psicológico no puede ser completamente inmune a los aspectos religiosos y teológicos del problema. También hay que acentuar que no intenta atacar o difamar la tecnología ni tampoco el cristianismo. No hay parte culpable en la colusión destinal de estos dos poderes.
El cristianismo o la verdad cristiana, según Giegerich, no sólo tiene suscaracterísticas espirituales superiores (creencia personal, experiencia interior), sino también su propia realidad corporal y gravedad. De aquí que cuando habla de la verdad cristiana (o de la verdad en general) no quiere decir verdad en el sentido teológico o metafísico de alguna verdad absoluta, sino en el sentido psicológico de que una idea o fantasía es psicológicamente verdadera si es efectiva.Por último pero no menos, el cristianismo para Giegerich significa primariamente no las enseñanzas de la iglesia antigua (Urgemeinde) sino una fuerza histórica occidental que fue conformada tanto por la herencia judía antigua y el espíritu griego. En sus propias palabras: el cristianismo es una "realidad espiritual transpersonal y una fuerza histórica que se realizó en la historia del occidente...
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