El Entrevero De Paso De Pache

EL ENTREVERO DE PASO DE PACHE.
El Subteniente de los “Dragones de la Patria”, Alejandro Paredes , conocía al dedillo el terreno que pisaba cuando conducía con autoridad y destreza la pequeña patrulla de reconocimiento a su mando, en dirección a la costa del río Santa Lucía, en las cercanías del Paso de Pache.
Al galope controlado pasaban tranquila y rápidamente por la senda arbolada quecontorneaba el curso del Canelón Grande, sin detenerse por la estancia de los Meirana, ni haber apreciado movimientos extraordinarios que alterasen la bucólica paz del paisaje.
Sin embargo, el Oficial marchaba pensativo y silencioso a la cabeza de los cinco subalternos que precedían al Sargento Fierro, que cubría la retaguardia.
Todos ellos eran vecinos del mismo paraje, cuyo centro geográficoocupaba la heredad familiar del General Julián Laguna, gravitante y veterano militar, servidor desde los tiempos de la Patria Vieja junto a Artigas, Rivera, Lavalleja y Oribe, y en 1830, Ministro de Guerra y Marina del Primer Gobierno Patrio.
Las órdenes del Jefe del Regimiento, Coronel Servando Gómez habían sido claras y terminantes. Cumplirían una especie de licencia en el servicio de cuartel, peroen las casas deberían permanecer alertas y vigilantes por si se daba la presencia de una banda de desertores que estaban asolando con sus tropelías la región desde el Paso de Cuello hasta el Paso del Soldado Camejo, procurando inmensos daños a las haciendas y poblaciones como San Juan Bautista y asesinando a mansalva a los desprevenidos paisanos.
Incluso en cierta ocasión habían raptado a lasesposas de los Coroneles Medina, Aguirre y Caballero cuando acompañaban a Doña Bernardina en una visita al establecimiento familiar del Arroyo de la Virgen. Por suerte la velocidad del tiro de alazanes del carruaje presidencial y la pronta reacción de la custodia evitó que completaran el desaguisado.
Lo cierto es que el Superior Gobierno dispuso que se desmantelara a como diera lugar a esta tropa demalhechores sin escrúpulos y fuertemente armados.
Los pantalones abombachados de paño rojo, las casacas azules y los correajes blancos identificaban perfectamente a la patrulla gubernista a la distancia y a medida que se acercaban a la querencia y a los afectos, los ánimos se alegraban ante los gritos de saludo y bienvenida.
Paredes igualmente seguía pensando en la misión asignada. Sabía quecruzando el Santa Lucía en dos, tres, a lo sumo cinco horas, llegaría la descubierta del regimiento mellizo de los “Dragones Libertadores” desde el este y por el otro lado, hacia la puesta del sol, dos escuadrones de los “Dragones de la Unión” maniobraban en orden abierto para encarar las tareas de limpieza final del bandidaje.
También sabía que de norte a sur a partir del Durazno, variosdestacamentos de Cazadores y el Escuadrón Escolta peinaban el campo con el mismo fin.
El corazón ahora le latía con más fuerza porque estaban a la vista del pequeño y desperdigado caserío de destino. Al llegar, el Subteniente se dirigió a uno de sus hombres:
-Zabaleta, si ves que se acerca gente armada, con o sin uniforme, cruzando el río sin problemas porque está bajo, levantá una tacuara con un trapoblanco en la puerta del rancho. ¿De acuerdo?
-Sí señor, entendí. El rancho de Zabaleta estaba ubicado bien cerca de la lógica ruta de entrada que se presumía utilizarían los bandidos.
Y así el personal se dirigió rápidamente a sus respectivos hogares , preparándose para la vigilia que les esperaba.
No había aún Paredes terminado de abrazar a sus familiares, cuando por la ventana aprecia enlontananza la señal de alarma. Se dirige a toda velocidad a lo de Zabaleta y junto a este, con un trote sobón , a enfrentarse con los dos jinetes desarrapados y aparentemente armados que se acercaban y cuya presencia había motivado la señal.
De inmediato reconoce al que iba punteando, un hombre alto y delgado, de facciones aindiadas enmarcadas por una larga cabellera sujeta con una vincha de...