El Erizo Una Historia Acerca De Lo Vano De La Avaricia
"El erizo": Una historia acerca de lo vano
de la avaricia
Un pequeño cuento de Grigori Gorin que todos deberíamos leer, sin
importar la edad.
Papá tenía cuarenta años, Pablito tenía diez, y el erizo muchos menos.
Pablito trajo el erizo a casa envuelto en un gorro. Al entrar corrió hacia el sofá donde
estaba sentado su papá leyendo el periódico.
—¡Mira papá!
Él puso a un lado su periódicoy observó al erizo con cuidado, por arriba y por abajo. Era
muy bonito, de patitas color marrón. A papá le pareció muy bien que a su hijo
le gustaran los animales, a él mismo le gustaban desde la infancia.
—¡Qué bonito erizo! —dijo papá — muy simpático ¿de dónde lo sacaste?
—Me lo dío un niño en el patio de juegos —dijo Pablito
—Ah, te lo habrá regalado —especificó papá
—No, hicimos un trueque —dijoPablito. —Él me dio el erizo y yo le di un billete
—¿Un billete? ¿qué tipo de billete?
—Uno de lotería, — dijo Pablito y puso al erizo en el piso. —Papi, hay que darle leche.
—Espera un momento — respondió papá no muy agradado. —¿y de dónde sacaste
un billete de lotería?
—Lo compré —Respondió el niño
—¿A quién?
—A un señor que estaba en la calle. Él tenía muchos billetes parecidos, costabanun centavo. ¡Ay papi, el erizo se metió debajo del mueble!
—¡Deja al erizo en paz! —respondió papá con voz exaltada, agarrando a Pablito de los
hombros — ¿y como es que le has dado tu billete de lotería a un chiquillo? ...¿y si era
un billete ganador?
—Ah sí, sí era un billete ganador, papi.— respondió Pablito mientras miraba el erizo.
—¿Qué dices? ¿Era un billete ganador? — preguntó papá con vozangustiada, mientras
su nariz se llenaba de sudor. —¿y cuál era el premio?
—¡Un automóvil! —dijo Pablito y sonrió.
—¿Cómo? —dijo mientras sus manos empezaban a temblar —¿Un automóvil? ¿Cómo
estás tan seguro?
—¿Que cómo que cómo lo sé? —exclamó Pablito muy ofendido. —Pues
lo vi en el periodico. Los primeros números eran iguales, los demás también, y la serie.
Papi, hace tiempo que puedo leer el periódico¡ya soy mayorcito!
—¡¿Mayorcito?! — papá gritó tan fuerte que hasta el erizo salió de debajo del mueble
y se hizo bolita, asustado. —¿Mayorcito dices? ¿Has cambiado un automóvil por
un erizo?
—Pues pensé —respondió temeroso Pablito, — yo pensé que como ya teníamos
automóvil nos hacía falta un erizo...
—¡Cállate! — Vociferó papá y de un salto se puso de pié —¿quién es? ¿quién ese niño?
¿dóndeestá?
—Vive en el edificio de al lado, —susurró Pablito y se puso a llorar. —Se llama Cesar...
—¡Pues vamos!— volvió a gritar papá y agarró al erizo con las manos desnudas. —
¡vamos rápido!
—No quiero ir. ¡quiero un erizo, no un automóvil!
—¡Que vayamos te digo! Si conseguimos que nos devuelvan el billete te compro cien
erizos...
—No...—gimoteó Pablito —No creo que puedas... Cesar no quería darmelo,tuve que
insistirle mucho...
—Claro... ¡Evidentemente eres todo un pensador! — increpó papá —¡vamos ya!
Cesar tenía siete años. Estaba de pié en medio del patio de juegos y veía con temor
cómo se acercaban los tres, Pablito, el erizo y papá que los llevaba a ambos.
—¿Dónde? —preguntó el hombre— ¿Dónde está el billete? ¡Pilluelo, toma tu erizo y dame
el billete!
—Señor ¡yo no tengo el billete! —dijoCesar temblando.
—¿Entonces dónde está? — gritó papá —¿qué has hecho con él? ¿lo vendiste?
—HIce un avioncito — sollozó Cesar.
—¡No llores! — dijo papá, intentando mantener la cordura. —No llores, niño... Entonces
me dices que hiciste un avioncito con el papel ¿dónde está el avioncito? ¿dónde?...
—Cayó en aquella corniza...—respondió Cesar, y señaló con el dedo la corniza
de un segundo piso
Papáse quitó su abrigo y se dio a la tarea de trepar por el tubo de canalización.
Se resbaló dos veces, ensució su camisa y se hizo un par de raspaduras en las manos,
pero al fin logró tomar el avioncito que ya estaba un poco mojado por la llovizna.
Al bajar, respirando con dificultad, desdobló el billete y se dio cuenta que había sido
impreso hace dos años.
—¿Cuándo lo compraste? —preguntó,...
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