El esclavo.

El esclavo
“El que sacrifica la libertad por la seguridad, no merece ni libertad, ni seguridad.”
Una luz frente a mí hería mis ojos sin que fuera yo capaz de siquiera parpadear. Fue imposibledesviar la mirada o mover los brazos.
Estaba totalmente paralizado y era recorrido por un gran frío y dolor.
Resulto imposible gritar o pedir ayuda, algo lastimaba mi boca y un ruido mis oídos.
¿Dóndeestoy? ¿Qué me pasa? ¡Estoy muerto!
Eso causo que perdiera el conocimiento, al recuperarlo ya se había vuelto más tolerable, ahora quería respuestas.
Así que comencé a recordar. La fiesta, ladiscusión con Laura y la insistencia de Eduardo.
Ese imbécil me envenenó, estoy en el infierno, ese fue mi pensamiento, se abrió la puerta y entro una enfermera con un doctor, lo cual dio algunasrespuestas, por ellos que tuve un accidente, estaba en coma y por un especie de rigor mortis era imposible cerrar los ojos, pero a pesar de eso no sabía todo aun.
El esclavo
Al explorar la habitación observeun aparato con varios interruptores, focos y gráficos, el cual controlaba mi respiración, latidos del corazón y los nutrientes suministrados.
Detrás se veía una ventana la cual era un tormentoporque todas las mañanas lastimaba mis pupilas, pero ese dolor no era nada comparado con el que provocaban mis pensamientos. La impotencia, culpa y rencor, miedo y la imposibilidad de moverme,
Llego elmomento en que rogaba por mi muerte. Hasta que oí una voz pero… no había nadie en la habitación.
¿Quién eres? ¿Eres un ángel?
¡Ja! ¿Eras el peor de los ateos y ahora crees en Dios y en toda su cortecelestial?
No puedo decirte nada que tú no sepas ya.
Eso contesto al preguntar sobre Laura, ella hablaba sobre guías espirituales con los que podías hablar si meditabas, me parecían patrañas, a mítambién dijo la voz, pero lo de guía me gusta.
Sólo quiero comprender lo que pasa le comente. Lo hubieras echo antes de la estupidez que cometiste, sólo quería escapar y librarme de mis problemas....