El escritor y el mercado

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EL ESCRITOR Y EL MERCADO
MILAGROS MATA GIL

Disyuntivas y prejuicios
Uno de los temas más pudorosamente eludido es el de la relación del escritor
con el mercado editorial. Como la producción literaria ha mantenido cierto misterio, cierto aire
esotérico, el producto literario aparentemente se desprende de su creador en cuanto ingresa al
ámbito de la industria editorial, se transmuta enmercancía y pasa a manos "profanas": es decir,
inicia su tránsito por el complejo productor que va desde los trabajadores editoriales hasta el
librero, incluyendo al distribuidor, al difusor periodístico y al crítico literario dentro de esa red de
individualidades y actos colectivos que lo despojan de su "condición original" y le otorgan el
prestigio de lo social y mercantil.
Salvo enalgunas épocas, como en las primeras fases de las revoluciones
políticas rusa, mexicana, cubana o nicaragüense, cuando muchos escritores se han entregado
gozosamente a la promoción directa de la lectura de sus obras entre la mayoría de la población,
generalmente ellos prefieren no participar de las campañas propagandísticas, ni en el proceso
de promoción de sus trabajos. Desdeñan no sólo el contactocon los lectores potenciales, sino
hasta la posibilidad de que la obra se convierta en best-seller. Barrera Tyska, en su artículo
Literatura vs éxito, lo expresa así: El término best-seller levanta rápidas sospechas. Como si
una lógica interna ordenara un largo desdén, una ecuación implacable: a mayor número de
ejemplares vendidos, menor calidad de la obra. Este esquema bastante común ennuestro
medio, defiende una seca relación: el arte es una experiencia marginal; la literatura, en
mayúsculas gruesas y profundas, está ferozmente reñida con el éxito editorial. Así, de un lado
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queda el negocio (...) del otro lado está el arte verdadero...
Es posible que una larga tradición de desconfianza haya influido en el mantenimiento
de esa actitud del escritor frente a la expectativadel mercado. El aislamiento y el purismo se
van al extremo cuando se producen textos inconsumibles, así como el populismo se adensa
cuando se cae en la fascinación irresistible del estrellato y el cultivo de la popularidad. En
verdad, los escritores rompen su aislamiento porque tienen intereses de índole política o porque
se convierten en críticos del sistema de valores de su época. Adquierenentonces una
notoriedad que avalan su obra ante el público y que redunda en una mayor venta: en una
presencia real en el mercado. Mucho más raramente esto sucede porque asumen sin rubores el
rol de estrella. En ambos casos, la participación pública se convierte en beneficio dentro del
proceso de promoción de su obra, así como en su eventual profesionalización y en sus
ganancias económicas. Noobstante esa circunstancia, la posición usual de los escritores,
sobre todo de los latinoamericanos, ha sido la de trabajar en soledad y esperar a que el prodigio
de los méritos reconocidos suceda por sí mismo.

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La historia
En la Edad Media, el trabajo literario se realizaba en forma dependiente de los
poderes políticos y/o religiosos, que determinaban los presupuestos teóricos, los
12planteamientos y las relaciones de producción de los intelectuales. Casi todos adscritos al
clero, los escritores estaban sometidos a los temas y las formas de la tradición, a repetir los
modelos consagrados por la norma y respetar las bases ideológicas del tomismo lógico y
cristiano. Es decir, estaban obligados a construir las imágenes escriturales de los sectores
dominantes.
A medida quese complejizaron los engranajes del proceso de producción socioeconómica, se fueron independizando las actividades creativas. El impulso de las traslaciones
culturales que llegaron desde Oriente, después de las Cruzadas, incluyendo el influjo bizantino,
la consolidación del poderío socio-económico basado en el comercio, y, con él, el tráfico de
influencias culturales, y la liberalización...