El escultor Alejandro Colina en Valencia

Cuatro obras patrimoniales de la ciudad de Valencia son de la autoría de Alejandro Colina: las esculturas “El Cacique Guacamayo” y “El Piache Yarijú”, los relieves de la Plaza Bolívar y la reconstrucción de la Catedral.
Monseñor Gregorio Adam Dalmau, valenciano de nacimiento, se desempeñó durante varias décadas como Obispo de Valencia. En 1940, se propuso remozar la vieja Catedral de la ciudad;en conocimiento de la reputación de Alejandro Colina como escultor, además de sus conocimientos y experiencias en arquitectura, adquiridos mientras trabajó con el arquitecto Alejandro Chataing, lo contrató para que realizase la reconstrucción del templo.
Colina, para realizar los trabajos con comodidad, se mudó con su familia a Valencia. En esta ciudad nació su segunda hija: Luzmaya. Convirtiósu casa de habitación en taller y allí con la colaboración de pintores y estudiantes de arte, preparó los materiales requeridos para hacer las importantes reformas que consistieron en agregar vitrales, la incorporación de una cúpula y reconstrucción de las columnas más altas. En este periodo (1940-1944) entabló amistad con dos artistas valencianos: Braulio Salazar y Luís Guevara Moreno.
*
Porestos años el ingeniero Víctor Rotondaro proyectó la construcción de la Urbanización Carabobo al norte de Valencia; bajo la dirección del Ingeniero José Rafael Barreto. El urbanizador deseó, a la entrada de la construcción se erigiese una estatua al cacique Guacamayo, como un homenaje a su denuedo en la defensa de sus predios situados en los sagrados valles de las etnias Tacarigua, hasta lasdilatadas y feroces tierras adscritas al señorío del Cacique Queipa
Rotondaro, encargó a Colina para que en piedra, plasmase para la posteridad las virtudes del valiente cacique. El artista realizó una plazoleta circular, en el centro ubicó la escultura del cacique Guacamayo, como gran conocedor de los ceremoniales indígenas, lo esculpió rodilla en tierra, en actitud meditativa, como testimonio de lainvocación a los dioses que hacían los indígenas en el alba.
Según la leyenda, el Cacique habría jurado: “Mientras este suelo no vuelva a ser libre, jamás volveré a ocuparme de otra cosa que no sea expulsar a los intrusos blancos hasta más allá del océano…” y lanzó al mar sus redes; de ahí que Colina lo esculpió con las redes y demás aparejos de pesca dispuesto a lanzarlos al fondo de la laguna deTacarigua.
En la plazoleta se destacan armoniosamente la escultura, la arquitectura y la naturaleza, la fusión de las artes que Colina había manejado magistralmente en la Plaza de Tacarigua; esto lo ubica como uno de los pioneros de la escultura integrada al ambiente urbano y al paisaje. Alrededor de la plazoleta ubicó ocho bancos de madera y piedra, ya desaparecidos, realizados por él mismo,sombreados con palmeras y almendrones, y alfombrados por plantas florales tropicales.
En esta obra, como en otros monumentos escultóricos, Colina le imprimió el carácter místico y la espiritualidad, la monumentalidad y el empeño en resaltar nuestros aborígenes, que caracterizan su obra.
En la escultura se destacan la firma del escultor y la fecha, 1942, de las pocas que tienen su firma, el artistatenía por costumbre no firmar sus trabajos.

**
En 1953, el Colegio de Médicos construía su sede, para ornarla pensó en una obra escultórica que estuviese relacionada con la profesión médica, en concordancia con el lugar que presidiría. Para ello contrató a Colina, quien esculpió la estatua sedente: “Yarijú, el piache curandero”; con el rostro en actitud meditativa y con la cabeza inclinadahacia una vasija que asida en su mano conjura una pócima sanadora. Dos grandes serpientes enroscadas en el cuerpo del indio comparten el asiento con las cabezas descansando en sus muslos.
Colina conocía el respeto y la familiaridad de los indios con estos reptiles que acompañaban a los piaches en sus rituales, e incorporó a estos animales en otras de sus obras en: María Lionza (1953) y en Caricuao...