el estado de bienestar y su crisis
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EL ESTADO DE BIENESTAR
Facultad de Humanidades-UNMdP
marzo 2002
Equipo docente de Historia Universal III
Julio César Melon Pirro
Patricia Beatriz Acuña
Sonia Bazán
Introducción
En una dinámica que los historiadores han asociado a la presencia de
diversos factores, durante el sigloXIX
el Estado asumió nuevas
responsabilidades y funciones. Este proceso continuó en el siglo XX,
acusándose particularmente después de la segunda guerra mundial.
Desde una perspectiva general, puede decirse que la aparición de las
instituciones y legislaciones de protección social son una consecuencia de
los efectos de la “gran transformación” 1, es decir, de la transición de la
sociedadtradicional de base agrícola a la moderna sociedad industrial. Este
fue el más importante proceso de movilidad social de la historia y en este
sentido
no
resulta
exagerado
afirmar
que
inaugura
la
época
contemporánea: millones de individuos fueron arrancados de su hábitat
sociocultural y
llevados a participar en un nuevo sistema de relaciones
merced a la acciónimpersonal de los mecanismos del mercado. Pero el
siglo XIX no es sólo el siglo del crecimiento capitalista y del avance del
mercado que informa la sociedad, sino el de las respuestas sociales a éste.
Más allá de los argumentos “optimistas” y “pesimistas” en torno a las
proyecciones sociales de la revolución industrial, lo cierto es que –ya por
las expectativas inducidas por el progreso de laeconomía, ya por lo que
inspiran las revoluciones democráticas- los grupos subalternos se revelaron
cada vez menos proclives a percibir como natural e inmodificable su
1
Polanyi, Karl: La Gran Transformación, FCE, México, 1992 [1957].
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situación. Así, se ha dicho con frecuencia que lasociedad europea
decimonónica se caracteriza por la presencia de un conflicto fundamental:
por una parte existe una institución -el mercado- que trata de conquistar la
plena autonomía respecto de la política, de la religión, de la moral y en
general de cualquier instancia no estrictamente económica; por la otra un
valor –la igualdad- que se difunde en la sociedad y que comienza a
impregnar lasalternativas políticas.
Lo importante es que dicho conflicto pone en juego aspectos en principio
incompatibles. Las luchas de la clase obrera y las alternativas políticas
proyectadas por los pensadores socialistas se direccionan en diversos
grados a la abolición del mercado o a someterlo al control de la
comunidad. En el siglo XX este conflicto se dirimió de distintas maneras.
Como sabemos,en Europa occidental no fue la solución radical –como
ocurriera en la Rusia de 1917- la que prevaleció, sino la moderada, lo que
implicó el paso a un capitalismo organizado por la vía de la afirmación de
un grado de control social del mercado.
Así, progresivamente, el Estado ya no se limitó a desempeñar las
funciones de guardián de la propiedad privada y de tutor del orden público
sino quese hizo intérprete de valores –justicia distributiva, seguridad
social, pleno empleo- que el mercado era incapaz de registrar.
Ejerció, pues, una función de arbitraje entre los intereses contrapuestos
de los diversos grupos sociales, e impuso tanto normas para la
competencia comercial como controles a la explotación de los trabajadores
asalariados (prohibición del trabajo de niños, fijación dela jornada laboral,
salario mínimo, etc.). En este derrotero de presencia creciente, el Estado
comenzó también a proporcionar una serie de servicios sociales (sanidad,
educación, incluso pensiones) a la población más desprotegida, utilizando
los recursos que obtenía de una tributación progresiva sobre el conjunto
social.
Pero además de la acción del reformismo (socialista o conservador)...
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