El estado del desarrollo humano
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El estado del desarrollo humano
Desde Brasil hasta Sudáfrica, India o China, los más grandes países en desarrollo se han convertido en importantes
impulsores de la economía mundial. En 2012, sin embargo, incluso las más robustas economías del Sur comenzaron a
verse afectadas por los problemas financieros del Norte. En su lucha por superar una crisis de deuda y grandes déficitspresupuestarios, muchos países desarrollados están implementando estrictos programas de austeridad que no solo causan
dificultades a sus propios ciudadanos, sino que además están poniendo en riesgo las perspectivas de desarrollo humano de
millones de personas de todo el mundo.
El primer Informe sobre Desarrollo Humano en 1990
presentó una visión de progreso económico y social
que tratabafundamentalmente sobre la posibilidad
de las personas de ampliar sus oportunidades y
capacidades. Desde entonces, el progreso ha sido
sustancial: muchos países en desarrollo siguen
creciendo rápidamente y elevando los estándares de
desarrollo humano. El ascenso del Sur es una de las
características de este mundo en constante cambio.
Actualmente, el Sur es responsable de prácticamente
un tercio dela producción y el consumo mundial.
De no haber contado con el sólido crecimiento
de estas economías, liderado por China e India,
la recesión económica mundial habría sido
incluso peor.3
No obstante, se observan signos de contagio,
con la preocupación real de que en un mundo
interconectado, la crisis del Norte pueda disminuir
el progreso de los países en desarrollo. En los paísesindustrializados, con algunas notables excepciones,
los Gobiernos están implementando duras
medidas de austeridad que reducen su papel en el
bienestar social y recortan el gasto y los servicios
públicos, lo cual provoca dificultades y exacerba
las contracciones económicas. El nivel de vida
de muchos ciudadanos del mundo desarrollado
está bajando. En muchos países se han organizado
importantesmanifestaciones callejeras, y se
evidencia una decepción generalizada frente a los
políticos y la gestión económica.
El mundo ya ha vivido crisis similares: en Europa
y Estados Unidos, en la década de 1930; en América
Latina, en la década de 1980; y en Asia, en la década
de 1990. Esta vez, bien entrada la segunda década
del siglo XXI, la crisis afecta nuevamente al corazón
de Europa.
LosGobiernos imponen programas de austeridad
por su legítima preocupación por la sostenibilidad
de la deuda soberana. Sin embargo, se corre el riesgo
de que las medidas a corto plazo causen daño a
largo plazo al desgastar las bases de bienestar social
y desarrollo humano que permiten a las economías
crecer, facilitan la prosperidad de las democracias
y garantizan sociedades más igualitarias ymenos
vulnerables a las crisis.5
También se ha demostrado que la aplicación de
drásticos programas de austeridad muy rápidamente
puede profundizar, e incluso prolongar, las
recesiones. La consolidación fiscal ya ha tenido
efectos contradictorios sobre la demanda privada
interna y el producto interno bruto (PIB) al
debilitar las condiciones económicas y aumentar el
desempleo. Los recortesen salud, educación y otros
servicios públicos podrían deteriorar la salud de la
población, la calidad de la fuerza de trabajo y el nivel
de la investigación científica y la innovación durante
los próximos años (recuadro 1.1). Así, el progreso
en desarrollo humano podría verse reducido
durante algún tiempo (recuadro 1.2). A su vez, el
estancamiento económico reduce la recaudación
impositivaque los Gobiernos precisan para financiar
los servicios sociales y bienes públicos.
Gran parte de este daño puede evitarse. Los
datos históricos indican que el momento ideal para
reducir el déficit es una vez que se ha conseguido
el crecimiento económico. Como John Maynard
Keynes lo resumió 75 años atrás, “Las épocas de
prosperidad, no las de depresión, son el momento
indicado para la...
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