El estudiante de hoy: caleidoscopio

CALEIDOSCOPIO

Nada puede decirse, no hay discusión posible si el destinatario de todo el proceso educativo para el cual trabajamos es pensado desde nuestras creencias y expectativas. La miradadel docente puede interrumpir el proceso de enseñanza aprendizaje, pues obtura la esperanza, esa magnífica manera de creer que etimológicamente significa ESPERA, una espera que tiene implicanciadirecta en la apropiación del conocimiento.
Esta actitud amorosa solo puede aparecer, cuando dejamos de pensar que TODO TIEMPO PASADO FUE MEJOR, porque ste recorte que hace la memoria es tal vez unmecanismo de defensa, una forma de sobrellevar la vida; pero no puede ser una forma de construir las prácticas docentes. La mencionada falacia encierra la comodidad de afirmar que la realidad devienede algo mayor; que yo: docente, no puedo modificar porque no soy responsable.
Si analizamos algunas frases que con regularidad podemos escuchar en la sala de profesores, o en cualquier reunióndocente veremos que hay un corrimiento en cuanto a las responsabilidades, que actúa como catalizador de la toma de decisiones, esto es: “Los alumnos no tienen hábitos de estudio”,(…)” no traenconocimientos previos” (…) “no saben nada de historia” (…) “no pueden leer un texto porque no tienen poder de concentración”, “ no son los alumnos que éramos nosotros”, “es con lo que nos toca trabajar ”etc.Estos dichos encierran una práctica pedagógica sutil o manifiesta, según sea el grado de impunidad que tenga el docente, en la que no hay oportunidad, en la que no hay verdadera entrega, en la que nohay un reconocimiento ni siquiera a la experiencia vital de ese otro. Por ello tal vez, al mismo tiempo que discutimos y reflexionamos sobre la normativa, sobre las reglas, sobre los derechos ydeberes del estudiante, sobre las herramientas administrativas, deberíamos preguntarnos: ¿Qué alumno tengo? Y sobre esa respuesta se abrirá las interpretaciones, sobre la lógica pedagógica, es decir,...