el extranjero

4Un país con fracturas que hay que soldar, un país donde el Estado tiene la misión y obligación de llegar a todos y cada uno de los rincones de Colombia, estar presente, desarrollarpolíticas de educación, de sanidad, de infraestructuras, de desarrollo de un futuro que sólo pasa por un presente que hay que escribir. Un presente que debe reparar el daño ocasionado, que debe hacerjusticia con las víctimas, con los desplazados, con quienes han sufrido en carne propia el dolor de la violencia. Y la han sufrido desde muchos ámbitos y con muchos protagonistas en una guerradonde guerrilla y paramilitares infligieron dolor y desgarro a los colombianos.
La paz llega; estamos en el comienzo del final. Y a quién ahora ha sido proclamado por segunda vez presidentede la República de Colombia le tocará gestionarlo. El triunfo es de una sociedad democrática, no de nadie más. Hemos roto nuestra atadura a la espiral, a la hidra sangrienta y asesina. Hemosresistido y las víctimas nos han hecho más libres.
8En días recientes, el Consejo Nacional de Educación Superior (Cesu), órgano consultivo del Gobierno Nacional, hizo pública su propuesta depolítica pública para la excelencia en la educación terciaria en Colombia. Este esfuerzo hace parte de la creciente preocupación por el tema educativo en el país, lo que ciertamente es unaseñal positiva y un paso en la dirección correcta. Empieza a ser cierto, al menos en el discurso, que la educación hace parte de las prioridades del Estado como motor de equidad, competitividad ydesarrollo social y económico.
Sin embargo, si deseamos ser testigos de verdaderas transformaciones, el Gobierno, en cabeza de la nueva ministra del ramo, debe considerar propuestas másaudaces que las actuales, las cuales sufre de importantes limitaciones como consecuencia del esfuerzo realizado para lograr un amplio consenso entre los diversos sectores académicos del país.